Luego de los tres accidentes por descarrilamientos de camiones ocurridos en mayo, el Ministerio de Desarrollo Urbano de la Ciudad solicitó a un equipo de la Facultad de Ingeniería de la UBA la elaboración de un estudio de la zona.

Fuentes del Gobierno porteño estimaron que luego de las reformas sugeridas por los especialistas "los camiones podrían volver a circular por el lugar en un mes, aproximadamente".

Durante mayo y en el transcurso de 15 días, el rulo de la 9 de Julio –que se inauguró hace dos años– provocó temor entre los vecinos. El 7 un camión volcó unos 20.000 kilos de limones desde lo alto. Cinco días después, dos rollos de acero, de mil kilos cada uno, se soltaron de un acoplado, dieron de lleno sobre la avenida San Juan y el fuerte impacto dejó marcas en el asfalto. Y el martes 20 de mayo otro camión perdió una decena de láminas de aluminio. Aunque la mayoría quedó sobre la autopista, una de cayó en el cruce de 9 de Julio y San Juan.

Según los resultados del estudio  todos estos accidentes se produjeron por problemas de sujeción. En aquel momento AUSA –la empresa del Gobierno porteño que tiene la concesión de las autopistas dentro de la Ciudad– también entendió que había habido un problema de estibaje, además de negligencia por parte de los camioneros por tomar la curva en exceso de velocidad.

Pese a que los especialistas concluyeron que el rulo no tiene problemas estructurales, recomiendan revisar lo que se llama "peralte", que es la inclinación de la curva para definir si está fuera de norma. "Hay que hacer un relevamiento topográfico muy preciso en la curva y si fuera necesario hacer modificaciones", explicaron desde la Comuna. Y le aseguraron a Clarín que el relevamiento se podrá hacer sin cerrar el rulo. Pero en el caso de que haya que modificar la inclinación de la curva, explicaron que "las obras serían sencillas. Básicamente habría que nivelar el asfalto".
Además los especialistas le sugirieron a la Comuna que se coloque en el lugar un semáforo como precaución, una cámara de fotomultas y que se baje a 30 kilómetros por hora el límite de velocidad para circular que ahora es de 40.

Otra de las recomendaciones sugeridas por los especialistas es colocar "despertadores" más delgados que los actuales. Se trata de los reductores de velocidad que se encuentran en la entrada del intercambiador. Y coincidieron con la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Carga (FADEEAC) que los había cuestionado porque consideraba que desestabilizaban la carga.

El estudio de la FADEEAC también había recomendado instalar contenedores de seguridad en la baranda de hormigón de todo el recorrido del rulo pero desde la UBA relativizaron la idea. "En el caso de que cayera carga mal estibada o suelta desde los camiones ésta podría volver hacia el medio de la calzada", argumentó el equipo de la Facultad. Y destacó que si se decidiera colocar contenedores habría que asegurar una correcta fijación.

Los especialistas hicieron además recomendaciones consideradas de "seguridad pasiva". Por ejemplo sugirieron que los peatones dejen de pasar por debajo del rulo y utilicen solo la vereda del lado norte. O bien que se recorten los carriles de San Juan sobre el margen derecho de la avenida.