Tras el escándaloso y breve paso de Abel Posse al frente de la cartera, ayer asumió su reemplazante, Esteban Bullrich, ex aliado del economista Ricardo López Murphy y primer ministro de Desarrollo Social de la gestión macrista.

Para asumir su nuevo cargo, Bullrich pidió licencia en la Cámara de Diputados, donde había renovado su banca en las elecciones legislativas del 28 de junio pasado, y será reemplazado allí por su compañero del PRO Julián Obliglio.

"A partir de hoy mismo estoy convocando a los gremios", anunció el funcionario, luego de jurar para el cargo en el Salón Blanco de la legislatura, ante la presencia del jefe de gobierno, Mauricio Macri, y la mayor parte de los ministros.

Es que entre las prioridades del área se encuentra la negociación salarial con los gremios docentes que reclaman aumentos desde el año pasado en el marco de un presupuesto que no prevé aumentos para el sector. Con la asunción de Bullrich, el Gobierno porteño busca normalizar la situación de la cartera educativa y reencauzar la relación con los sindicatos.  El flamante ministro prefirió moderar sus dichos al respecto y sostuvo que  "Vamos a conversarlo con los gremios", pero advirtió que "el presupuesto ya está votado en la Legislatura, así que vamos a trabajar con eso que hay".

Bullrich podría llevar a cabo una negociación dentro de márgenes dispuestos por el Ministerio de Hacienda con el fin de lograr los acuerdos necesarios para que las clases se inicien el primer día hábil de marzo.

El nuevo ministro de Educación señaló que  que  es necesario un “compromiso de toda la sociedad para mejorar la calidad de la educación pública en general” y que su apuesta “sigue siendo mejorar la educación pública, incorporar tecnología, idiomas a las escuelas, siguiendo la gestión que se viene haciendo desde hace dos años".