Incendio en la 21

Incendio en la 21

 Esta vez el Estado ausente vio pasar su impericia en la figura de tres cadáveres. La casa 20 de la manzana 3 de la Villa 21 ardió ayer al mediodía y Leonela Berrioz, de alrededor de 20 años junto a sus hijos de uno y siete años murió por asfixia, quemaduras o abandono. Otra pequeña de cuatro años con los pulmones henchidos de humo se encuentra luchando por su futuro en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

El fuego que pudo haber comenzado por un cortocircuito fue atacado por los solidarios vecinos que intentaron apagarlo y socorrer a sus víctimas. Luego llegaron los bomberos, sin agua y la ambulancia, sin médico.

Tanto Leonela como sus hijos de uno y siete años, ingresaron sin vida al Hospital General de Agudos J. A. Penna, a pocas cuadras del lugar. Allí el equipo de guardia comprobó el embarazo de 27 semanas de la joven y, con intervención del personal de neonatología, le practicaron una cesárea. El intento fue vano, no lograron salvar tampoco a esa criatura.

La negación del servicio de salud por parte del SAME a los barrios carenciados no es un tema nuevo. Dos casos recientes tuvieron derivación judicial. En marzo de 2012 murió en la 31 Gustavo Maldonado. El SAME nunca llegó y el Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires presentó una denuncia en el Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 4, a cargo de Elena Liberatori. El 5 de abril de 2011, la ambulancia del SAME no quiso entrar a la 31 para asistir a Humberto Ruiz y murió. Luego, el Juzgado Contencioso y Administrativo N° 2, a cargo del ex juez Roberto Andrés Gallardo, ordenó a Macri, “que en forma inmediata confeccione un plan estructural de Salud".