Abajo y al borde

 

Como parte del plan de saneamiento del Riachuelo, los vecinos del asentamiento Lamadrid deben ser relocalizados por el Gobierno porteño. Sin embargo, aún no hay fecha ni lugar de traslado. Las 400 familias expuestas a la contaminación temen por su destino. Por Kike Dordal  

 

Abajo y al borde

 

Como si vivir en la margen de un río contaminado -en precarias casas, sin servicios, sin higiene, sin seguridad, sin nada- fuese poco, sumarle la presión de un inminente desalojo más la incertidumbre de un destino cierto, resulta exagerado para la salud de cualquier ser humano. Es el castigo sobre el castigo sin haber motivo siquiera para el primero de ellos.
 
Osvaldo Gustavo De Marco, vecino del asentamiento “Lamadrid” de La Boca, nos abrió la puerta del comedor “Venciendo al gigante” y nos introdujo en el submundo de los marginados, los orilleros, habitantes de nuestro barrio a quienes otros vecinos, junto a Mauricio Macri, quieren volver a marginar.
“Según el fallo de la Corte Suprema de Justicia (sobre el saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo), fuimos incluidos como ‘Asentamiento precario en riesgo ambiental’, por lo cual debemos ser reurbanizados o relocalizados”, disparó Osvaldo al ser consultado sobre la situación actual del asentamiento. El Gobierno local realizó un censo que arrojó un total de 373 familias. Según De Marco este número es “mentiroso” ya que “no fue censada toda la gente, no se informó para qué era el censo y algunos propietarios no permitieron que se contabilizaran a sus inquilinos”.
 
En lo concreto, lo cierto es que el asentamiento Lamadrid no formó parte del primer cronograma presentado por la Ciudad de Buenos Aires respecto de la relocalización de viviendas en el camino de sirga (franja de 35 metros hasta la orilla del río). En la Ciudad se estimaron en 200 mil las personas que vivían -muchos aún viven- en riesgo.
 
Como parte del cumplimiento del fallo de la Corte, en ese listado se detalló uno a uno los barrios que serían reubicados, por estar construidos a metros del Riachuelo y por ende ser peligrosos para la salud de sus habitantes. El Gobierno porteño señaló allí la fecha límite para cada traslado.
 
El barrio, que desde hace más de dos décadas crece en la boca del Riachuelo, fue incluido después. Por eso, lo único que por ahora saben los vecinos de Lamadrid es que estaría prevista la relocalización de sólo 54 familias, 18 en Villa Lugano y 36 en Villa Soldati, pero nadie sabe quiénes son los beneficiados ni cuál fue el criterio de elección. Tampoco aclaran las condiciones de las viviendas asignadas (ver recuadro). La adjudicación debería haber sido consensuada con la comisión vecinal que está en proceso de constitución, pero eso no ocurrió.
 
“Yo creo que la idea del Gobierno de la Ciudad es echar a toda la gente y desarraigarla del barrio, gente que nació acá, yo crié hijos y estoy criando nietos, nací en el barrio. Antes, cuando La Boca se inundaba, los echaban hacia acá; ahora que se revaloriza el barrio nos echan de acá.”, reclama Osvaldo y agrega con preocupación: “La gente está como asustada porque saben que se está viniendo una movida medio rara para el barrio, con lo de la Usina de las Artes, grandes negocios… ya saben que vienen por la tierra, eso es lo real”.
 
El Ministerio de Desarrollo Económico porteño está impulsando un proyecto de ley para crear el Distrito de las Artes en los barrios de La Boca, Barracas y parte de San Telmo con el objetivo de promover la inversión en artes. Lo cierto es que el principal beneficio será para las empresas, con exenciones impositivas, créditos y el acceso a la tierra, como bien indica Osvaldo.  
 
Plaza Solís
Durante la gestión de Jorge Telerman al frente de la Ciudad surgió el Proyecto Área entorno Plaza Solís, dependiente de la Ley 2240, Programa de Recuperación Urbanístico de La Boca. La iniciativa planeaba relocalizar 200 familias de esa zona en los alrededores de la plaza, en viviendas dignas que serían construidas en terrenos ociosos públicos y privados. Al asumir, el proyecto quedó en manos de Mauricio Macri y hasta hoy duerme en algún oscuro y húmedo mobiliario municipal.
 
No resulta difícil observar que, sumado al incumplimiento de diversas leyes respecto de la situación habitacional en la Ciudad –Ley 2240, ley 341, fallo de la Corte-, existe una clara intencionalidad por parte del Gobierno porteño de liberar las tierras ocupadas por asentamientos, grandes hospitales etc., para convertirlas en megaproyectos diversos que tienen en común la participación de grupos empresarios privados que acceden a grandes beneficios y generan actividades altamente rentables. Mientras tanto, una inmensa parte de la población de la Ciudad vive, no sólo en precarias condiciones, sino inmersa en la incertidumbre de un futuro que, a las claras, no los incluye.