Basura Cero, lejos de La Boca y Barracas

La falta de contenedores para materiales reciclables y el bajo presupuesto que el Gobierno de la Ciudad destina a las cooperativas de cartoneros que trabajan en estos barrios hacen imposible alcanzar las metas planteadas por la ley para el 2020. Por Ramiro Coelho

Basura Cero, lejos de La Boca y Barracas

Desde hace casi dos décadas, en la Ciudad de Buenos Aires una importante cantidad de trabajadores ha encontrado en la recolección y reciclado de papel cartón, plástico y metal un medio de vida que se ha convertido en la posible solución al problema ambiental que genera el entierro de basura. La ley Basura Cero es el marco legal que posibilita una forma de gestión integral de residuos sólidos urbanos y que trabajadores de la economía popular puedan acceder a un trabajo digno. En La Boca y Barracas la implementación de esta ley está muy lejos de alcanzar las metas planteadas en 2006. La falta de contenedores para materiales reciclables y la baja transferencia de recursos por parte del Gobierno de la Ciudad a las cooperativas de cartoneros, hacen que las metas planteadas para el 2020 se vuelvan algo imposible de alcanzar.

 
La ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos, conocida como Basura Cero, determinó un plan progresivo de reciclado y reutilización de materiales. Según esta norma sancionada en 2006, para el 2010 un 30% de la basura debería reciclarse, mientras que para el 2012 correspondería que llegue a un 50% y a un 75% para el 2017. Para el año 2020, la disposición final de materiales reciclables llegaría a 0. Sin embargo, en el año 2015 recién alcanza a un 20%, del cual más de un 90% son materiales reciclados tanto por cooperativas de cartoneros registrados ante el Gobierno de la Ciudad, como por independientes.
 
Actualmente la Dirección General de Reciclado (DGR), dependiente del Ministerio de Espacio Público porteño, trabaja con 5 mil cartoneros en toda la Ciudad, divididos en siete cooperativas. Reciben una asignación monetaria variable según el pliego, la posibilidad de acceder al monotributo social otorgado por el ANSES, ropa de trabajo y una credencial del Gobierno de la Ciudad. Cuentan también con el apoyo de 74 responsables de grupo (RG) a cargo de asistir y controlar a estas cooperativas. De estos trabajadores, 59 son contratados y sólo 15 pertenecen a la planta permanente.
 
Los recicladores desarrollan actividades bajo dos sistemas de recolección. Uno que utiliza campanas amarillas para materiales reciclables, en el que trabajan 1500 cartoneros que reciben una asignación de 4500 pesos. Este sistema se implementa en los barrios de Núñez, Belgrano, Palermo, Centro, Caballito, parte de Once y Flores. Los 3500 restantes siguen recorriendo las calles con sus carros, reciben una asignación menor y suben los materiales a camiones para llevarlos a los llamados Centros Verdes, donde los acopian y compactan para ser vendidos por las cooperativas a empresas que los reciclan y reutilizan.
 
Según Santiago Fernández Galeano, Delegado General Adjunto de la Junta Interna de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), “desde el año 2014 no se han entregado las credenciales que los identifica ante los vecinos y vecinas, ni los uniformes de trabajo, ni los celulares a los RG, que les permitan comunicarse ante situaciones complejas”. El conflicto llegó a su punto máximo a mediados de mayo de este año, cuando el Gobierno resolvió trasladar a gran parte de los RG a la Dirección de Fiscalización y la junta interna de la DGR organizó una protesta en la Legislatura, reprimida por la Policía Metropolitana.
 
En La Boca y Barracas la falta de recursos es aún mayor. La Cooperativa El Trébol, a quien se le otorgó el pliego de estos barrios, no cuenta con un centro de reciclado, tampoco con suficientes camiones para el traslado de los materiales, ni con RG que den apoyo a su tarea. Roberto Portarolo, socio de la cooperativa, explicó a Sur Capitalino que “desde agosto del 2012, el Gobierno de la Ciudad solo nos ha entregado un camión en comodato y un camión alquilado en malas condiciones mecánicas”. Por tales motivos El Trébol ha debido alquilar un Galpón en Lanús y recorrer diecisiete kilómetros para poder recolectar los reciclables de escuelas, edificios y grandes generadores. A pesar de estas dificultades la cooperativa logra recuperar entre 52 y 58 toneladas de materiales por mes.
 
El centro de reciclado cercano a los dos barrios está ubicado en Herrera 2124. Según la página de Gobierno de la Ciudad “el predio tiene una superficie cubierta de 2460 m2, dividida en cuatro galpones de estructura metálica donde llevan sus materiales aproximadamente 300 recuperadores urbanos”. Pero los recicladores del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) que lo gestionan tiene adjudicadas las zonas de Micro y Macrocentro.
 
El resultado es un sistema que no logra reducir la basura enterrada. Entre el 2014 y el 2015 la cantidad subió de 5 mil toneladas a 6 mil y sólo se recupera el 20%. La casi nula separación en origen de materiales reciclables vuelve a este sector el único agente social que lo hace de manera efectiva.