"El Riachuelo puede ser navegable"

Así lo afirma la agrupación Unión x el Riachuelo que presentó un proyecto de navegabilidad y pide a la justicia que levante la suspensión de navegación. Por Silvia Vepstas

"El  Riachuelo puede ser navegable"

Cuando éramos chicos nadábamos en el Riachuelo, hasta los peces se veían”. “De jóvenes remábamos por el río en equipos y las chicas se paraban en la ribera para vernos pasar”. “En Vuelta de Rocha había mucho trabajo portuario, como pintaba Quinquela. Pero no sólo era en La Boca: los barcos cargados pasaban a Avellaneda y seguían a la provincia”. Como éstos, son cientos los recuerdos que muchos abuelos del barrio evocan cada vez que se ponen a hablar de cómo era el Riachuelo hace seis, ocho y hasta diez décadas atrás. Un río limpio y navegable, que marcó infancias, enmarcó amores y posibilitó trabajos prósperos. Un río que, si hablara, citaría a Pablo Neruda diciendo “Nosotros, los de antes, ya no somos los mismos”.

 
Y es que el Riachuelo, tal como lo conocieron los vecinos más antiguos de La Boca, ha sufrido una transformación casi trágica. Muchos abuelos se fueron de este mundo con una última postal, ennegrecida y nauseabunda, de un río contaminado y lleno de basura. Otros, aún con vida, pueden ver lo que, hasta hace poco, creían imposible: una cuenca que comienza a ser saneada, ya sin barcos hundidos ni fábricas que arrojen allí sus desechos químicos. Pero los más afortunados, tal vez sin tantos años vividos pero con más motivos para tener fe en el futuro, verán lo que otrora parecía una fantasía: “el Riachuelo puede ser cien por ciento navegable”.
 
Al menos eso es lo que afirman las instituciones y los vecinos nucleados en la agrupación Unión x el Riachuelo, que desde el año pasado vienen trabajando fuertemente con todos los municipios que atraviesa la cuenca Matanza-Riachuelo para lograr su navegabilidad total con toda su implicancia turística, deportiva y generadora de fuentes de trabajo. Y así lo dejaron planteado en el encuentro que el pasado 22 de mayo hicieron en el Club Santa Lucía de Barracas, ante muchas de las ochenta y ocho instituciones que actualmente integran Unión x el Riachuelo.
 
Fundada en 2013, esta asociación civil promueve un proyecto de desarrollo para impulsar actividades culturales, educativas, ambientales, comerciales, sociales y deportivas, de valor histórico y de investigación científica en el marco de la reactivación integral de la cuenca. Para resumir su consigna, a los integrantes de la agrupación les gusta decir “trabajamos por un Riachuelo con vida”. Y la intención que ahora los ocupa es la de lograr el levantamiento de la suspensión provisoria de navegación que, desde hace cuatro años y medio, pesa sobre el Riachuelo por decisión del juez federal de Quilmes, Luis Armella, quien fue separado de la causa a fines del 2012, por decisión de la Corte Suprema pero cuya prohibición aún sigue vigente. Si bien es cierto que, en las condiciones nefastas que presentaba el Riachuelo hace una década, navegarlo era casi imposible, expertos del área afirman que la navegabilidad hoy es posible.
 
Por supuesto que el lecho barroso no es el mismo en el tramo de La Boca que en La Matanza: la desembocadura se presenta más propicia para barcos comerciales de gran calado pero una serie de obras en la cuenca posibilitarían el transporte fluvial tanto de cargas como de pasajeros reactivando así las zonas ribereñas.
 
Amparados en el artículo 26 de la Constitución Nacional que garantiza la libre navegación de los ríos y en base a los estudios de expertos, los integrantes de la asociación insisten que autorizar la navegabilidad es más una cuestión de voluntad política que de inversiones multimillonarias.
 
Porque, como dice la directora teatral Andrea Salvemini, activa militante por la navegabilidad del Riachuelo: “No perdamos más de lo que ya perdimos”. Tal vez nadie entenderá mejor esta frase, que los abuelos del barrio de La Boca.