Luz verde a la torre de Coto

Según el Código de Planeamiento, sobre la avenida Martín García se puede construir hasta 45 metros de altura. Sin embargo, el Gobierno porteño autorizó a la empresa de supermercados que llegue a los 83. Crónica de 14 años de disputa según la mirada de Proteger Barracas.

Luz verde a la torre de Coto

Llevó –literalmente- años la definición del proyecto a construirse en el predio que ocupaba la antigua editorial Kraft, en Av. Martín García al 700. Quienes siguen nuestro blog ( http://protegerbarracas.blogspot.com.ar) encontrarán el seguimiento  a lo largo de los últimos años, desde el anuncio del primer proyecto del hipermercado Coto que respetaba parte del edificio original, luego la demolición masiva y ahora la construcción de un nuevo proyecto que incorpora una torre de 83 metros de altura sobre la esquina con la calle Uspallata destinada a oficinas y vivienda.

La luz de alarma en el barrio se encendió al reemplazarse el cartel original de obra donde se indicaba el proyecto del año 2000 que mantenía la altura y volumetría del edificio existente por uno de simple “demolición total” en 2013. Luego, en 2014 apareció el cartel de obra nueva con el doble de superficie a construir. Lo sugestivo era que en ese cartel se omitía la altura proyectada de la obra. Luego de denuncias formuladas ante la Dirección General de Fiscalización y Control de Obras (DGFYCO) se agregó el dato faltante y allí se develó por fin el misterio: se planeaba una torre de casi 30 pisos de altura.
 
Según el Código de Planeamiento Urbano, la altura máxima permitida sobre la Av. Martín García está en torno a los 45 metros y el proyecto la duplicaba, por lo que tomó participación la Defensoría del Pueblo a través de su Secretaría de Derechos Urbanos. La Defensoría solicitó la documentación a la Dirección General Registro Obras y Catastro (DGROC) y al recibirla constató el cambio de proyecto registrado en 2013 con la torre incluida. En su Resolución 31/15 de enero de este año, la Defensoría confirmaba el exceso de altura, cuestionaba el impacto ambiental del proyecto y pedía la participación de la DGIUR en la evaluación del caso.
 
Mientras tanto, la obra avanzaba rápidamente en su etapa de estructura de hormigón armado.
 
Hace pocas semanas, la Defensoría recibió copia del dictamen 2214-DGIUR-2013 donde la Dirección General de Interpretación Urbanística (DGIUR) analizaba el nuevo proyecto aprobándolo. Utilizando un resquicio en el CPU  -el acuerdo 572-CPUAM-2004- la DGIUR aceptó la mayor altura mediante la aplicación de la “perforación de tangentes”, un tecnicismo que se ha utilizado en varias de las megatorres de Puerto Madero, por ejemplo.
 
Y si bien normativamente puede resultar admisible, los argumentos urbanísticos para aplicar la norma son realmente opinables: Por ejemplo, indican que el nuevo edificio busca la “continuidad morfológica con el tejido existente” y que se observa en las cuadras adyacentes “un stock edilicio a sustituir a corto plazo”. En criollo, esto significa que la DGIUR prevé que las casas existentes en las cuadras cercanas sobre Martín García y Montes de Oca se demolerán prontamente y serán reemplazadas por nuevas torres. Si esto finalmente ocurriera, ninguno de los eventuales nuevos edificios podría superar los 45 metros (alrededor de 15 pisos) con lo cual, la torre de Coto no sería “morfológicamente compatible” aún en esa situación futura hipotética.
 
Por otro lado, no existen en las cuadras vecinas terrenos que permitan aplicar la excepción, por tanto la torre sería disruptiva de todas maneras.
 
La acción de la Defensoría del Pueblo finalizó allí a pesar de que los planos enviados por la DGROC resultaban casi ilegibles no pudiéndose verificar los balances de superficies ni el FOT proyectado, y cuyas plantas inferiores, cortes y vistas no se correspondían con lo que se aprecia en la obra en construcción. Luego aceptó el dictamen de la DGIUR y sus argumentos.
 
En resumen, la megatorre avanza libremente, con el permiso del Gobierno de la Ciudad.
 
Y el barrio, indefenso.