Cuando pase el temblor

Camiones que circulan por donde no deben. Contaminación ambiental y calles deterioradas. Niveles de ruido que superan lo aceptable por la Organización Mundial de la Salud. Estos son los problemas con los que deben convivir a diario los vecinos de La Boca y Barracas.
Cuando pase el temblor

No se resignan. A pesar de que sus reclamos llevan más de diez años, no bajan los brazos. Expedientes, marchas y cortes de calles ya son moneda corriente para los vecinos de La Boca y Barracas que sufren el sinfín de problemas ocasionados por la red de tránsito pesado que circula frente a sus narices. Red que por ley 216 atraviesa barrios enteros sin tener en cuenta el fuerte impacto ambiental que producen este tipo de vehículos. Aparentemente, la ley tampoco pensó en las fuertes vibraciones consecuencia de las más de 12 toneladas que pesa cada camión. Estas vibraciones provocan rajaduras y grietas en las paredes de viviendas que se devalúan aún más.

Los vecinos, hartos de vivir con el enemigo, llegaron a solicitar a la Facultad de Ingeniería de la UBA que realizara mediciones de ruido urbano en las calles más perjudicadas. Del informe se desprendió que los niveles sonoros con los que conviven diariamente superan ampliamente los máximos establecidos por la Organización Mundial de la Salud. Según el organismo internacional “una prolongada o excesiva exposición al ruido provoca: disminución de la capacidad auditiva, trastornos del sueño, disturbios emocionales y efectos cardiovasculares y en la salud mental”.

Evidentemente, al sancionar la ley nadie realizó estudio alguno. En la esquina de Suárez y la avenida Patricios pasadas las 10 de la mañana, por ejemplo, se registró una mínima de 64,9 db y una máxima de 101,8 db. Según la OMS “un nivel sonoro de más de 65 db provoca dificultades para sostener una conversación, a partir de 85 db producen lesiones”. 

El arquitecto Víctor Peralta, delegado del Centro de Gestión y Participación Nº 3 de Barracas reafirma las palabras de los vecinos : “hay calles por donde pasan hasta 300 camiones por hora, casi 4 por minuto”.

Martina Noailles