Teatro de sombras

Vaciado de obras y espectáculos desde hace casi dos años, el Teatro de la Ribera se enfrenta a su peor realidad. Tras el abandono, la Ciudad anunció que montará allí una escuela de capacitación para los empleados de otros teatros. Dicen que la programación regresa en 2016.  Por Silvia Vepstas

Teatro de sombras

 

 

 

Por Silvia Vepstas

Sombras, nada más. Es lo único que parece albergar el Teatro de la Ribera tras un largo período en el que la falta de obras y espectáculos de interés provocaron que sus puertas se cerraran al público y que la oferta teatral se concentrara en otros barrios de la ciudad.

Dependiente del Complejo Teatral de Buenos Aires, bajo el ala del Gobierno porteño, el Teatro de La Ribera supo tener, desde su inauguración en 1971, momentos de esplendor al presentar sobre sus tablas obras con primeras figuras del espectáculo. Sin embargo, desde hace casi dos años, fue vaciado de contenido y no integra la grilla de programación teatral que sí mantiene con vida a las otras salas del complejo como el San Martín; el Reggio, en Chacarita, o el Sarmiento, en Palermo. Sólo algunos espectáculos de tango, que no fueron acompañados por el público y la crítica, pasaron por su escenario entre el 2013 y el 2014. Después, nada.

Sin una respuesta oficial convincente sobre los motivos del abandono, desde el Gobierno sostienen que el Teatro de la Ribera nunca dejó de tener programación, entendiendo por esto –tal vez- que algunas funciones de títeres a sala semivacía en vacaciones de invierno fueron suficientes. La excusa para la nula actividad del 2015 fue la demora en la firma del permiso de obra para comenzar a construir una escuela de oficios teatrales.

Donado por el pintor boquense Benito Quinquela Martín con la intención de legar a los vecinos de La Boca un espacio de divulgación artística, el Teatro de la Ribera fue declarado, en 2009, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por decisión de la UNESCO. Con capacidad para casi 700 espectadores, en su interior se destacan ocho murales realizados por Quinquela que reflejan la vida cotidiana de los vecinos del puerto.

 

Nuevo destino

Ahora, tras el olvido, la gestión PRO vuelve a mirar al Teatro con cariño, pero esta vez, para darle una nueva utilidad. Aunque desde el Complejo Teatral de Buenos Aires aseguran que seguirá funcionando como teatro y que en marzo de 2016 volverá a tener programación, admiten que en el edificio de Pedro de Mendoza construirán una escuela técnica de oficios teatrales para lo cual realizarán modificaciones estructurales que apuntan a su “puesta en valor”, como la instalación de un ascensor, la demolición de una oficina para dar espacio a un baño para discapacitados, la construcción de dos aulas en el segundo piso, el refuerzo del escenario donde los futuros alumnos harán sus prácticas, la impermeabilización de la terraza y la limpieza de la fachada. La obra edilicia comenzaría durante este mes de octubre, duraría ocho meses y la inversión estimada sería de alrededor de cinco millones de pesos.

La construcción de la Escuela de Técnicos del Espectáculo del Complejo Teatral de Buenos Aires es una iniciativa de la Fundación de Amigos del Teatro San Martín, a través del programa de Mecenazgo Cultural que permite a determinadas empresas ser patrocinadoras o benefactoras del proyecto aportando a su realización el importe del impuesto de Ingresos Públicos. Tal como lo contempla el programa, las empresas involucradas pidieron que no se den a la luz sus nombres.

Así las cosas, el que fuera el sueño de Quinquela parece verse trastocado en una realidad sombría. ¿Volverán los vecinos de La Boca a aplaudir de pie y a sala llena una buena obra en el teatro de su barrio? Chi lo sa…


Tomar el pulso

Desde marzo, Angélica Berdini es la nueva Directora Ejecutiva del Teatro de la Ribera tras la jubilación de su histórica antecesora Elsa Osorio. “Buscamos que este teatro recupere su brillo y su color – dice- con una mayor apertura a la comunidad y haciéndolo amigable a otros barrios. Apostamos a que sea un polo de atracción para que el vecino tenga curiosidad por venir a ver qué pasa en el teatro de su barrio. No soy la responsable de la programación artística de las salas del complejo pero sí tengo el visto bueno para tomar el pulso de La Boca y anexar propuestas para que el teatro funcione para el público del barrio y que sean lo suficientemente interesantes para los vecinos. En los últimos años fue un desafío porque se buscaron temáticas barriales o de tango, pero no ha habido una apertura a la comunidad. No sé por qué. Pero estoy enfocada en eso: en traer propuestas que le interesen al vecino para que sienta al Teatro de la Ribera como parte de la Boca”.