Corzo libre

 La Justicia excarceló a Rodolfo Corzo (hijo) procesado por intento de homicidio. El empleado del Gobierno porteño acuchilló a un militante e hirió a golpes a otro en el Consejo Consultivo del 4 de mayo. Aunque estuvo 4 meses prófugo, el juez consideró que no hay peligro de fuga. 

Corzo libre

 La doble vara de la Justicia se desplegó con claridad en los primeros días del año. En menos de una semana, envió a sus casas al policía de la Metropolitana que con su gatillo fácil dejó en sillas de rueda a Lucas Cabello, y a Rodolfo Corzo (hijo), quien por un centímetro no alcanzó a matar con su cuchillo a Matías Scínica en una reunión vecinal de la Comuna 4. Los dos están procesados por tentativa de homicidio; los dos estuvieron menos de un año presos; y uno de ellos, incluso, estuvo prófugo durante 4 meses. Sin embargo, los jueces decidieron dejarlos en libertad hasta el juicio oral. Mientras tanto, miles de personas llenan las cárceles sin condena, acusados de delitos menores a estos. Claro, no son policías ni miembros de patotas políticas.

 
El argumento que, según fuentes con acceso al expediente, habría usado el juez Roberto Ponce para otorgar el beneficio de la excarcelación a Corzo, es que él y toda su familia trabajan para la administración porteña y mantienen su domicilio estable, por lo que no habría, siempre según el juez, peligro de fuga. Se trata de su padre -del mismo nombre y apodado “El Cordobés”-, un viejo empleado público que desde 2012 trabaja en la Comuna 4 como agente con poder de policía y que también se encuentra procesado en la causa del Consejo Comunal. Y de la mamá de Corzo, Alicia Gariglio, candidata a comunera por el FpV en las elecciones de 2015.   
 
El derecho de toda persona acusada de un delito a transcurrir el proceso penal en libertad implica un límite a las prisiones preventivas que, en la Justicia argentina, muchas veces llegan a durar largos años. Mientras que el juez considere que no hay peligro de fuga ni de entorpecimiento en el proceso para alcanzar la verdad, el procesado puede esperar el juicio oral en libertad. Pero este derecho es pura teoría para la mayoría de las personas actualmente detenidas en una cárcel. Su garantía es excepcional. Así lo demuestran las estadísticas del Sistema de Ejecución Penal, que indican que los detenidos sin condena alcanzan a la mitad de los presos, es decir a más de 30 mil personas.
 
Por eso llama la atención la decisión del juez Ponce, como así también la de la Cámara Nacional del Crimen, con respecto a un policía que disparó contra una persona desarmada y lo remató en el piso; y a un empleado de la Ciudad que, según el procesamiento de la misma Justicia, intentó matar a una persona de una puñalada en el cuello y participó de la golpiza que dejó inconsciente a Fernando Abal Medina. Además, en el caso de Corzo, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional había confirmado la prisión preventiva unos meses atrás, por eso la querella de los heridos hablan de una clara “cobertura política”.