Otro caso de gatillo fácil en el sur porteño

Un bombero de la policía de la Ciudad mató a un joven de 25 años en Barracas.  Luego de un incidente de tránsito,  el  policía perseguió a los tiros al auto en el que volvían de bailar Cristian Toledo y otros dos amigos hasta la esquina de la Avenida Vélez Sarsfield y Santo Domingo.  El “paraguita”, como lo conocían en el barrio, murío de un tiro en el pecho. El bombero Adrián Otero se encuentra detenido por el homicidio.

 

Otro caso de gatillo fácil en el sur porteño

En la madrugada del sábado, el joven Cristian Toledo fue ultimado por un efectivo de la Policía de la Ciudad, vestido de civil en el barrio de Barracas, llamado Adrián Otero. Nacho Levy, editor de la revista barrial La Garganta Poderosa, negó que el homicidio se haya dado en medio de un intento de robo como asegura el efectivo policial, y denunció que se trata de un caso de gatillo fácil.

 
“El sábado a las 7 de la mañana Cristian volvió de un boliche con 2 amigos, y que eran vecinos de la Villa 2124 de Barracas. Discutieron en el cruce de Vélez Sarsfield y Austria con otro auto que lo manejaba de civil el oficial Otero. Después de esa discusión los persiguió hasta Vélez Sarsfield y Santo Domingo, y literalmente a los tiros, hasta que chocan”, detalló el periodista en el programa Mañana Sylvestre.
 
“En ese momento uno de los amigos le pide que lo lleve al hospital porque Cristian se estaba muriendo. Y Otero les dice que no”, agregó.
 
Según Levy, la pericia realizada por Gendarmería sobre el arma de Otero dio como resultado el faltante de 8 municiones del cargador. “No hay otra arma que se haya secuestrado ni que hayan llegado a plantarles a los jóvenes”, estimó el periodista y enfatizó que “fue un claro caso de gatillo fácil”.
 
“La causa está a cargo del juzgado en lo criminal y correccional N°11 y está caratulada como homicidio y tentativa de robo. Y se impuso el apartamiento de la Policía de la Ciudad de los peritajes pero la realidad es que se secuestró un solo arma, gas pimienta, y un cuchillo, todo del auto de Otero”, remarcó.
 
“Cristian trabajaba en una ferretería, frente a la iglesia del Padre Toto, y donde históricamente trabajó el padre Pepe. Era un laburante de fierro de mañana a tarde. y jugaba al fútbol en el club Juventud Unida. Lo que sucedió es claro y esperemos que esta vez no quede impune”, culminó.