El Gobierno promete terminar la urbanización de la Rodrigo Bueno en 2019

La obra comprende la refacción de 500 viviendas y la construcción de otras 500, además de concluir el trazado de cloacas y calles para darle conectividad al barrio.

 
El Gobierno promete terminar la urbanización de la Rodrigo Bueno en 2019

Los trabajos de trazado de las redes de agua y cloacas son las primeras obras de infraestructura con las que el gobierno porteño avanza en la urbanización de la villa Rodrigo Bueno, en el barrio de Puerto Madero, como parte de un plan que incluye la refacción de medio millar de viviendas y la construcción de una cantidad similar, que deberán estar listas a principios de 2019.

El predio destinado para la construcción, un viejo obrador de la autopista Buenos Aires-La Plata que limita con la villa, ya fue acondicionado y desde el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) confían que en marzo del año próximo comiencen las obras, una vez que esté lista la licitación.

“Los tres aspectos fundamentales de la reurbanización son la construcción de 563 nuevas viviendas, el mejoramiento de otras 500 y la apertura de calles para darle conectividad a todo el barrio”, explicó a Télam Lucas Randle, coordinador de la reurbanización de la Rodrigo Bueno durante una recorrida por el lugar.
 
Según datos del censo que hizo el IVC a finales del año pasado, allí viven 2.665 personas (996 familias) en 563 casas distribuidas en cuatro manzanas de la villa, cuya única entrada vehicular está situado en Av. España 3200.
 
Al momento de hacer el censo, solo el 7% de las casas del barrio tenían acceso a la red de gas, pero ninguna contaba con acceso a la red pública de agua o estaba conectado formalmente a la red eléctrica o cloacal.
 
“Esto no es una villa, es un barrio que lo fuimos formando de a poco. Cuando yo llegué había 30 personas y ahora somos más de 800 familias, pero nos caracteriza la unión: acá hay bolivianos, paraguayos, peruanos y argentinos”, contó a Télam Francisca Latorre, vecina del barrio desde hace 20 años.
 
 “Para nosotros esto es un milagro. Esperamos que se cumpla, pero no por nosotros sino para que nuestros hijos y nietos puedan tener su casa, pagar sus impuestos y tener los beneficios y obligaciones de todas las personas”, expresó Francisca.
 
La apertura de calles es una de las mayores necesidades de los vecinos, ya que ocho de cada diez de sus habitantes accede a sus casas sólo a través de pasillos. “Hoy las ambulancias no pueden entrar y las personas que se lastiman o están enfermas hay que sacarlas en silla de rueda o camillas por lo angosto de los pasillos”, se lamentó Latorre.
 
Durante el último año, después de la sanción de la ley de urbanización, todas las semanas se reúne una mesa de participación en la que representantes de vecinos, del IVC y de distintos organismos porteños discuten cada uno de los aspectos de implementación de la norma.
 
“La única manera de que esto funcione en el tiempo es si se hace en base a la participación de los vecinos, con consensos sobre el tipo de barrio que quieren, cuál es el que se puede construir y cómo integrarlo al resto de la ciudad”, afirmó Randle.
 
 “La nuevas viviendas van a tener hasta tres pisos, con departamentos de 2,3 y 4 ambientes y en consorcios con un máximo de 17 unidades ya que la gente del barrio no conoce la lógica de unidades compartidas”, destacó el coordinador.
 
Fuente: Télam