Fuerte rechazo a las torres

 Con carteles, abucheos y críticas al proyecto, más de un centenar de vecinos se hicieron escuchar en la audiencia por la venta de terrenos públicos de Catalinas Sur. La iniciativa, que ahora debe ser tratada en la Legislatura, planea subastar diferentes predios para emprendimientos inmobiliarios. Por Juan Manuel Castro

Fuerte rechazo a las torres
“En el barrio necesitamos escuelas y más salud, eso se puede hacer en el predio de Catalinas Sur II en lugar de negocios inmobiliarios”, coincidieron decenas de vecinos de La Boca que el 7 de noviembre participaron de la audiencia pública para debatir la venta de tierras públicas que impulsa el Gobierno porteño en Catalinas Sur. La protesta fue unánime y no hubo voces de apoyo, salvo, claro, la de los funcionarios de la Ciudad, quienes escucharon reiteradas veces la misma sentencia: “Quieren hacer la extensión de Puerto Madero”.
 
La audiencia fue el paso obligatorio que debió realizar el proyecto de ley que ya fue aprobado en primera lectura el 7 de septiembre pasado (con 33 votos a favor) y que ahora deberá volver a ser tratado en la Legislatura para su aprobación -o no- definitiva. La iniciativa, concretamente, es un convenio entre la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) del Gobierno nacional y el Poder Ejecutivo porteño para traspasar tierras a la Ciudad y que la gestión de Horacio Rodríguez Larreta pueda así venderlas. Se trata del polígono ubicado entre las calles Brasil, Caboto, Gualeguay, D´Espósito y la avenida Pedro de Mendoza. 
 
El encargado de explicar el proyecto fue el director general de Planeamiento Urbano del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte porteño, Mariano Orlando: se trata de un terreno público nacional de tres hectáreas ocupado por Vialidad Nacional y el Darling Tennis Club (Brasil 50). “El 65% de este terreno será espacio público y el 35% área urbana”, aclaró. “La masa edificable es de 150.000 metros cuadrados. La altura será de 60 metros hacia el lado del barrio (Gualeguay y Caboto) y 75 al lado de Puerto Madero (avenida Brasil)”, dijo el funcionario.
 
Con ese volumen de construcción, a La Boca llegarían unos 5 mil nuevos vecinos. En ese sentido, varias intervenciones insistieron en que no hay ningún estudio sobre cómo impactaría esta mudanza en el tránsito, los servicios públicos, la red de cloacas o las vacantes escolares.
 
El funcionario más abucheado de la jornada fue Orlando, especialmente cuando señaló que el Gobierno había generado consensos para hacer Catalinas Sur II. Victoria Colombo, integrante de la Junta Comunal 4 por el Frente para la Victoria lo refutó: “Se iban a llevar puesta la asociación civil si no era por la resistencia. Pedimos que haya acuerdos en función de los intereses de los vecinos”.
 
Otros vecinos sumaron su malestar. Ana María Marconi contó: “Vivo hace 46 años en Catalinas Sur. Disfruto la forma de vida. Mis hijos crecieron jugando en la vereda. Pienso en este proyecto y lo siento un golpe a nuestra calidad de vida”. Perla Vásquez sumó: “Las torres perjudicarán la vida cotidiana. El mejor desarrollo para nuestra ciudad es humano. No podemos hipotecarle la vida a los pibes por el beneficio de pocos”.
 
A su turno, Jonatan Baldiviezo, referente del Observatorio del Derecho a la Ciudad, y Carlos Wilkinson, del Movimiento Comunero, plantearon que el proyecto debería pasar por el Congreso, al tratar la venta de tierras nacionales.
 
Otro de los que se opuso al proyecto fue Daniel Calabrese, presidente del Club Darling, que por el convenio perdería un tercio de sus 8.500 m2: tres canchas de tenis, una de fútbol, un gimnasio y el 20% de los 320 árboles. “En 1977 esa parte era un bañado con basura y delincuencia. Con un acuerdo con el Puerto (Nación) pusimos en valor el lugar. La ley nacional 27.098 (Régimen de Promoción de los Clubes de Barrio y de Pueblo) nos protege”. Se refiere al artículo 18: “Asegúrese el derecho a la propiedad para aquellos clubes que tengan sus sedes construidas en terrenos fiscales”. No descartan ir a la justicia.
 
El legislador oficialista Agustín Forchieri (PRO), presidente de la Comisión de Planeamiento Urbano, encabezó la audiencia pública y también dio voz a Francisco Sotelo, director general de Gestión Inmobiliaria Estatal de la AABE. Informó que los terrenos, una vez aprobada la doble lectura, irá a una subasta pública. El 20% de lo producido por la venta, cerca de 20 millones de dólares, se volcará a mejoras en la Comuna 4. Pero no se especificaron cuáles. “En el entorno inmediato” de Catalinas Sur II, dijo Orlando. El resto se destinará a los viaductos de la Red de Expresos Regionales (RER), para interconectar en forma subterránea todas las líneas de ferrocarril.

Ante los legisladores, el vecino y ex secretario de Niñez de la Nación, Gabriel Lerner, resumió el sentir de la mayoría de los presentes: “Se creen impunes por tener mayoría, pero el rechazo a este proyecto generó una unidad grande entre vecinos: la identidad de La Boca va a prevalecer”.