Ribera Sur bajó la persiana

La noticia entristeció la semana de navidad de quienes frecuentaban el bodegón de Iberlucea y Suárez. Después de 25 años, la crisis obligó a poner punto final a uno de los símbolos de la identidad boquense. Por Leandro Vesco

Ribera Sur bajó la persiana
La noticia dio vuelta el barrio y heló el corazón de los bohemios y marginales. No podía ser cierto el rumor, paralizó las charlas de navidad y fin de año y sacudió la columna de un barrio que tristemente está acostumbrado a ver caer símbolos y estandartes de su identidad. El bodegón “Ribera Sur” cerró sus puertas, y con él un pedazo de historia boquense abandona la ruidosa y colorida esquina de Del Valle Iberlucea y Suárez.
 
Las razones del cierre se dieron a conocer por la cuenta de Facebook del bar. Víctor Reyes, inquilino que hacía 25 años estaba detrás del mostrador, se descargó contra el gobierno, haciéndolo responsable de esta decisión. “No se puede sostener. Estábamos desde el año 93, pasamos muchas, pero esta vez tuvimos que desistir. La suba de la luz, del gas, del precio de los insumos…”, con estas palabras se comunicaron las razones del cierre. “Desde el miércoles no pudimos más abrir las puertas, todos los que vivimos en Argentina sabemos lo que viene pasando”, asegura el texto. Desde el 19 de diciembre el entrañable bodegón dejó de abrir sus puertas. Considerado un “bar deportivo”, con obvias simpatía por el Club Atlético Boca Juniors, la cercanía de la Bombonera lo volvió un lugar de culto para los simpatizantes del club. Antes y después de los partidos era una parada obligada.
 
Rafael, vecino del barrio, de sangre siciliana y criado en el empedrado, mira la puerta cerrada del bar, que impacta al caminante: verlo abierto era siempre una buena señal. “Ribera Sur” fue uno de esos lugares consagrados por la voluntad barrial, nadie lo instauró y todos los hicieron suyo. “Pibe, acá venía gente del centro a tomar un vermút”, recuerda. “Cuando salíamos de la iglesia los domingos, era fija, pasar a tomar algo por la boliche”, refuerza el recuerdo. Siempre fue un bar de barrio, pero tuvo mejores momentos. Los vecinos recuerdan una época de gloria en los años 80. La esquina, que siempre palpitó con el mismo pulso de la cancha, abrazó las alegrías y contuvo las tristezas del club de la ribera. Quién puede olvidar los “pucheros de gallina” que cada 26 de junio, desde 2012, reunía a los hinchas para festejar un aniversario más del descenso de River.
 
La propia decadencia del barrio lo fue dejando como un faro de la identidad boquense: en las fotos de sus paredes y en los bohemios que lo frecuentaban para apurar alguna cerveza fresca o para comer un plato de ravioles con estofado acompañado del clásico Vino Toro. Más popular no pudo ser, ni más necesario tampoco.
 
Desde 1993 estaba en manos de Reyes, quien pasó varias de las más graves crisis de nuestra historia reciente. Hace dos años al timón del bar le tocó capear una tormenta que no encuentra fin y que se hace cada vez más ingobernable: los continuos aumentos de las tarifas. No sólo de los servicios sino de los propios insumos que un bar necesita para mantenerse, a todo esto hay que sumarle la caída del consumo. Todos estos factores unidos, precipitaron la decisión y desde hace algunas semanas, el mistongo bodegón está cerrado. “Víctor era un personaje entrañable, daba de comer a los que no tenían con qué pagar”, resume el espíritu del lugar Eduardo Navarro, parroquiano de la fonda, quien llegó a vivir adentro de estas paredes que huelen a barrio y amistad.
 
Su dueño ahora debe hacerse cargo de las deudas que durante dos años acumuló Reyes. Son deudas altísimas, sólo de gas hay una factura de $90.000. Estos días lo encuentran mal parado, pero con la convicción de recuperar el espacio. “Quiero que tenga el brillo de antes, y que continúe siendo un bodegón”. La realidad hoy golpea duro al corazón mismo de la identidad boquense, la implacable y demoledora suba de las tarifas cuestionan las raíces mismas de un barrio que siempre fue garra y lucha, pero parece debilitarse con un modelo que excluye y abandona.