El Goico se fue de gira

A los 69 años murió Jorge Goicochea, pieza clave del Grupo de Teatro Catalinas Sur. Odontólogo de profesión, Goico desplegó su pasión por la música y la actuación con enorme compromiso y solidaridad. Por Noelia Depaoli

El Goico se fue de gira

Las casas coloridas rodean el galpón. A lo lejos suena un tango y bien cerca, entre murmullos y choripanes la gente saca entradas, ingresa al galpón, ocupa las butacas. Las luces se apagan y se corre el telón.
 
Primer acto
La escena transcurre en una casa. Jorge, conocido como Goico, es un señor de 69 años, alto, pelado y de bigote canoso. Abre la puerta y avanza por el pasillo. Graciela, su compañera de vida, mientras lo ve venir le advierte con voz dulce y divertida “a mí no me actúes”.
 
Comparten el ritual del mate, Jorge se pierde en los mapas, en la geografía de las provincias del norte del país. Tiempo después un micro recorre las rutas norteñas, en su interior el grupo de teatro Catalinas Sur canta “Goico Tour”. La gira teatral no se redujo a habitar teatros y escenarios, Goico se ocupó de planear otros recorridos posibles.
 
Escena dos. El odontólogo apasionado por el teatro, que sonríe y hace sonreír, ahora se pone en la piel de músico, hace poco tiempo comenzó a practicar con el bandoneón. Toma una silla de la cocina, se sienta, apoya el instrumento en sus piernas. Graciela prepara la comida. El ruido del cuchillo que pica las verduras sobre la tabla se mezcla con las notas del bandoneón. Suena un tango.
Escena tres. Es día de reunión, la familia prepara la mesa. El odontólogo también bandoneonista, apasionado por los viajes y la geografía, entre chistes y show de magia hace reír a sus nietos. El encuentro se convierte en función. Goico lleva el teatro con él y a todos lados.
 
Segundo acto
Jornada de ensayo en el teatro Catalinas Sur, es el horario de la tardecita y hace frío. En el escenario, compañeras y amigos repasan la letra de la obra y recuerdan a Goico entre risas y anécdotas. En el galpón todavía resuenan los ecos de la orquesta y los talleres que se dictaron en la semana. Son las voces y la música de vecinos y vecinas de diferentes edades que, desde hace 35 años, entienden al teatro comunitario como herramienta para convertir en realidad las utopías en las que creen.
 
Escena uno. Cristina, una de las integrantes fundacionales del proyecto comunitario, con voz firme dice que el teatro es la forma que eligen para comunicar y resistir al individualismo que se impone en estos tiempos. Goico -asegura- actor maravilloso, de enorme presencia y referente afectivo indiscutido, fue una pieza fundamental de ese engranaje.
 
Escena dos. Nora, directora del grupo de teatro para niños, delinea al odontólogo apasionado por el teatro como un compañero indispensable, divertido, atento, presente en todos los espacios del galpón Catalinas Sur. Una persona con ángel especial, que no se perdía ninguna función, por momentos un poco cascarrabias. “Hay una cuestión de ego importante en quienes eligen hacer teatro” -dice- y agrega con tono firme y seguro “tenía eso en una doble versión, aparecía su costado solidario y comunitario siempre”.
 
Escena tres. Una voz gruesa aparece desde atrás del telón, es uno de sus compañeros de elenco que avanza hacia la ronda reunida en el centro del escenario mientras repasa algunos personajes emblemáticos que encarnó Goico. Desde Goya, pintor español -el último que representó- pasando por el director de la murga “Los Amantes del Ananá”, interpretación que mezclaba su infancia, su familia y las murgas vividas con Graciela en Avellaneda.
 
Las anécdotas y las voces se mezclan, recuerdan al borracho que no hablaba durante la obra y sobre el final gritaba “Viva Perón carajo”. Cuentan que mientras los actores y actrices se ponían en pareja y formaban fila en el pasillo para ingresar a representar lo que sería el baile, Goico para entrar en personaje empezaba a hacer de borracho desde la vereda. Una de las voces rememora que, entre susurros, se acercaba a cada pareja para decirles alguna broma. Luego, entraba a escena en medio de risas de sus compañeros.

Escena cuatro. Es hora de ponerse el traje, empezar el ensayo y de hacer lo que más le gustaba a Goico, lo que más disfrutan todos y todas. Hacer función.
 
Se cierra el telón.