Un patrimonio en desuso

Por iniciativa de la Fundación por La Boca, desde mañana en el Aeropuerto Internacional "Ministro Pistarini" de Ezeiza se exhibirá una maqueta del viejo Puente Trasbordador Nicolás Avellaneda.
Un patrimonio en desuso

La exposición estará acompañada de material informativo sobre la historia del puente, su valor histórico y patrimonial con el objetivo de concientizar acerca del estado de abandono del viejo trasbordador, declarado patrimonio de la humanidad.

Esta acción busca instalar el tema en las instituciones y entre las distintas autoridades nacionales, provinciales y locales a fin de concretar el sueño de mucho de los vecinos de ver recuperado el puente.

La maqueta, de casi 3 metros de ancho y 2 metros y medio de alto, fue realizada en el año 1986 por el artista boquense Walter Verde y en la actualidad pertenece al Club Boca Juniors que la cedió temporalmente para este fin.

Entre los siglos XIX y XX se construyeron en el mundo, 20 puentes similares al Puente Trasbordador Nicolás Avellaneda en áreas portuarias. De los 20, sólo 8 quedan en pie. De esos 8 sólo el Nicolás Avellaneda se encuentra en desuso, único en toda América.

El objetivo final es lograr que sea declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO como ya sucedió con el trasbordador de Vizcaya, en España. Para eso primero hace falta ponerlo en uso.

La instalación pudo realizarse gracias a un convenio firmado con Aeropuertos Argentina 2000 mediante el cual se cedió gratuitamente el espacio para ese fin; en el marco de otro convenio firmado en marzo de 2006 con el ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) y el IPPAUR -Instituto de Preservación del Patrimonio Arquitectónico Urbano y Rural del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires Distrito 2 Avellaneda- en el cual se propusieron impulsar las acciones necesarias para la puesta en valor, declaración de interés para la humanidad y funcionamiento del Puente Trasbordador Nicolás Avellaneda.

La idea continuar la exposición en distintos espacios públicos para difundir la importancia de su recuperación y la de sus cabeceras de La Boca y la Isla Maciel con la esperanza de que vuelva a ser una muestra del desarrollo urbano, además de una atracción turística y cultural y un medio de transporte para los vecinos.