Uno de los fenómenos de la comunicación moderna lo conforma el periodismo barrial en sus diversas formas. Sin duda que los pioneros de esta actividad son los medios gráficos, como diarios y revistas de circulación barrial, los que en un determinado radio geográfico mantienen una dinámica de vincular e informar los acontecimientos que suceden en la zona.

Los lazos de interés común y de cercanía convierten a estos medios en verdaderos movilizadores de ideas y acciones por el bien común de un barrio determinado, conocido y querido tanto por los editores como por los lectores.

En vías de desarrollar la partición de la Ciudad en Comunas, que democraticen y faciliten la vida de los ciudadanos, los medios de comunicación barrial, anticipan este proceso con objetivos concretos para mejorar la calidad de vida de la sociedad más inmediata, promoviendo además la solidaridad entre vecinos. Ocuparse de estas cuestiones hacen a los periódicos barriales insustituibles.

La situación económica por la que atraviesan los medios barriales no escapa a la recesión imperante en el país, y dado que su fuente de recursos son los avisos que publican tanto comerciantes como profesionales de la zona de circulación de la publicación, es lamentable  ver cómo la cantidad de avisos contratados es cada vez menor,  lo que pone en serio riesgo la existencia de muchas publicaciones.

Esta evidencia poco grata y en aumento, dejo en mi la preocupación de cómo ayudar a resolver el problema. Es así que hurgando en mi memoria, recordé la lucha que años atrás los medios barriales llevaron a cabo para su reconocimiento oficial ante el Gobierno de la Ciudad, la cual se concretó mediante la ordenanza 52360, donde se creaba un Registro de Medios Vecinales de Comunicación de la Ciudad,  implicando esto la posibilidad de apoyo publicitario, destinando el 4% del presupuesto asignado a la Difusión de la Gestión del Gobierno de la Ciudad, el acceso a acreditaciones que faciliten la actividad periodística, y la inclusión de los medios en la Hemeroteca “José Hernández” de la Legislatura, entre otros puntos.

La citada Ordenanza si bien fue promulgada, no fue implementada en su momento por motivos presupuestarios. En conjunto con las autoridades de la Subsecretaria de Comunicación Social dependiente de la Secretaria de Cultura del Gobierno de Ciudad hemos reflotado la Ordenanza e hicimos realidad una medida tan necesaria.