Plan Qunita: referentes de la salud buscan anular la polémica decisión de Bonadío

En una conferencia de prensa realizada ayer en la Unidad Sanitaria N° 9 de la Isla Maciel, referentes de la salud, pediatras, neonatólogas y organizaciones sociales informaron que solicitaron a la Justicia anular la orden emitida por el juez federal para destruir 60 mil cunas del programa Qunita.

Plan Qunita: referentes de la salud buscan anular la polémica decisión de Bonadío

La iniciativa estuvo encabezada por la Dra. Gabriela Bauer, médica pediatra del Hospital Garrahan, y el Padre Francisco "Paco" Olivera, integrante del Grupo de Curas en Opción por los Pobres.

Además participaron Adriana Gorenstein, neonatóloga; Alicia Benítez, ex jefa de Unidad de Neonatología de la Maternidad Sardá; Inés Belaustegui, trabajadora social de la Maternidad Estela de Carlotto de Moreno; Carolina Gailliard, diputada nacional del PPV – PJ y presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de la Nación; el Padre Ricardo Carrizo, de la Parroquia de San Francisco Solano; e integrantes de la Comisión de Salud del Instituto Patria, entre otros.

El programa impulsado por el Ministerio de Salud de la Nación en 2015 tenía como objetivo acompañar y cuidar la salud de las embarazadas y los recién nacidos en sus primeros meses de vida y con ello disminuir las muertes infantiles evitables. Como así también, aumentar la calidad y cantidad de controles de embarazo ya que cerca del 35 por ciento de las mujeres tienen dificultades para acceder a estos en forma precoz y oportuna.
 
Con este programa también se logró incrementar en 21 el número de maternidades seguras, pasando de 89 por ciento de partos realizados en esas condiciones de máxima seguridad a más del 94 por ciento. Esto implicó que casi un 5 por ciento (cerca de 20.000 anuales) más de los nacimientos se produjeron en maternidades públicas con condiciones seguras para el nacimiento, lo que impacta en la disminución en la mortalidad materna.
 
En los 6 meses que funcionó Qunita durante la gestión kirchnerista, se distribuyeron 74.408 kits a 289 maternidades en todo el país de los cuales 43.600 fueron entregados a las familias, es decir que más de un 60 por ciento de los kits distribuidos ya fueron entregados y hasta el momento no existen denuncias de madres beneficiadas que hayan informado daño alguno en sus niños.
 
A pesar del impacto positivo de su aplicación, Bonadío resolvió que el Estado puede disponer de los elementos del kit excepto la cuna y el saco de dormir al considerar que podrían ser perjudiciales para los niños. 
 
Ana Speranza, ex directora de la Dirección Nacional de Maternidad e Infancia, en diálogo con Política Argentina explicó que las cunas-moisés están preparadas para bebés hasta los 6 meses, por lo que no hay peligro en su uso y fue imprescindible que se presenten estándares de calidad y, sobre todo, de seguridad, para cuidar la salud de los bebés.
 
La doctora especializada en pediatría destacó que no existen, a la fecha, normas nacionales que evalúen la seguridad de las cunas que existen actualmente en el mercado. Sin embargo la cuna-moisés del programa sí recibió la certificación del INTI a pedido del Ministerio de Salud de la Nación en el año 2015. El análisis realizado por el INTI fue en base a normas españolas que no se aplican para ninguna otra cuna ni moisés del país.
 
“El objetivo del programa era, en principio, mejorar la calidad de atención de las embarazadas y en especial, respecto al moisés, poder entregar a la población beneficiaria, que es población vulnerable, un kit con un moisés para lograr que el recién nacido y él bebe hasta los seis meses de vida tenga un lugar donde dormir para evitar el colecho que sabemos es una de las causas de muerte súbita”, explicó Speranza.
 
Además, destacó que en muchos países, como Finlandia o Chile, desarrollaron programas donde buscan apoyar a los niños y las embarazadas, por lo que se hace entrega de una cuna para regular que los niños duerman separados de sus padres. En este sentido, comentó que “el programa incluía todo un sistema que aseguraba el control de la embarazada a través de una chequera que indicaba qué tenía que hacer”.
 
Por su parte, la ex directora de maternidad insiste en que “no es una cuna, es un moisés, porque es para los primeros seis meses, se les llamó cuna porque era más fácil entender”, agregó.
 
Respecto a la decisión de Bonadío, Speranza sostuvo que se comete un grave error y que si hay objeciones es “cuestión de volver a reverlas y charlarlo”. “Hay que revisar esta decisión, se va a cometer un grave error. Se privarían a muchos niños de la posibilidad de dormir en una cuna, que podría salvarles la vida”, enfatizó.
 
Fuente: Nueva Ciudad