Rejas ilegales en la Plaza de Mayo

El  Gobierno porteño comenzó  las obras para instalar rejas en la Plaza de Mayo sin consensuarlo en el parlamento como establece el Código de Planeamiento Urbano en el caso de los espacios históricos protegidos. El Observatorio del Derecho a la Ciudad y el de Patrimonio y Políticas Urbanas presentaron una acción de amparo para que se remuevan las rejas.

Rejas ilegales en la Plaza de Mayo

La Plaza de Mayo está protegida por normativas específicas del Código de Planeamiento Urbano como  Área de Protección Histórica N° 1 (APH1) y cuenta con protección Ambiental (Art. 4.1.2.) con Nivel 1 Ámbito Consolidado (Art. 4.1.2.1.1.).  Este último artículo establece que sólo se permitirán trabajos de conservación y mantenimiento de los elementos preexistentes y que todo proyecto modificatorio deberá ser aprobado por Ley.

En este caso, la Legislatura no aprobó ningún proyecto de modificación de la Plaza de Mayo ni mucho menos la instalación de rejas que no puede ser considerado como un trabajo de conservación ni de mantenimiento.  

Además de las rejas, la intervención modificó  el ancho de veredas, la nivelación del solado de Balcarce con la explanada de la casa Rosada, eliminó los cordones de granito reemplazándolos por cemento, cambió  los pisos  por mosaico granítico no permitido. 
 
Los nuevos  árboles, arbustos y plantas ornamentales reemplazaron piezas históricas, sustituyeron  el equipamiento existente por otros de diseño contemporáneo, cambiaron el mástil y removieron las baldosas donde estaban impresos los pañuelos blancos de las Madres .
 
La especialista en Patrimonio Cultural,  Mónica Capano, explica que “las rejas no forman parte del diseño histórico de la Plaza de Mayo ya sea que se adopte el diseño histórico de la Plaza de Mayo al 1897 o tomando la fotografía del año 2000 cuando se aprobó la ley N° 449 Código de Planeamiento Urbano".
 
"La intervención que se ha verificado en la Plaza de Mayo y que culmina con la colocación de un enrejado que la fracciona, la divide, le provoca un hiato, una cesura es una operatoria de remoción de referencias culturales: se extirpan  marcas urbanas de resistencia, de lucha, de memoria, en síntesis, marcas políticas que un patrimonio en uso ofrece en el marco de la cotidianeidad y la habitabilidad, o sea, se pretende transformar un espacio público en un lugar controlado, una especie de museo que, a través de entradas y salidas vigiladas, y de horarios impuestos,  hace añicos toda relación dinámica con nuestro presente”, señala.