Barraca Peña: historia de un abandono

Después de siete años de litigio, la Justicia emitió un fallo que ordena al Gobierno porteño la restauración del complejo portuario más antiguo de la Ciudad. El proyecto de mudar las oficinas de Acumar a cambio de obras de conservación quedó en el olvido. 

Por Juan Manuel Castro
Barraca Peña: historia de un abandono

Punto de encuentro en el Riachuelo, hito ferroviario, testigo del estirón de Gran Aldea a metrópoli del mundo. La Barraca Peña, ayer protagonista de la historia porteña, hoy mengua entre escombros, yuyos y olvido. Para evitar su deterioro final, la Justicia ordenó que el Gobierno de la Ciudad garantice su restauración.

 
Siete años atrás, el exlegislador y exdirector del Ente de Turismo porteño, Milcíades Peña, presentó una acción de amparo para reparar el complejo portuario más antiguo de la Ciudad, compuesto por la Pulpería El Triunfo, la Barraca Lanera, el Mercado de Frutos, la Estación de Trenes, aparte de la Costanera y el Puente Levadizo en el Riachuelo.
 
Tras apelaciones y audiencias, este febrero el titular del Juzgado N° 3 en lo Contencioso Administrativo y Tributario, Pablo Mántaras, ordenó al Gobierno porteño presentar “un proyecto integral de conservación y restauración” en el plazo “improrrogable de 60 días”.
 
El fallo cita documentos presentados por áreas del Gobierno, como la Guardia de Auxilio y Emergencias, y concluye que la Barraca está en “estado de abandono” pese a ser un Área de Protección Histórica (APH 54). Encomienda las labores a entes como la Dirección General de Infraestructura y Mantenimiento Edilicio, y el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales.
 
“Es un aliciente el fallo, le fijó un plazo al Gobierno. Esperemos que se hagan las obras”, dijo Peña a Sur Capitalino y explicó sobre el litigio judicial: “En vez de agarrarse de una primera sentencia y hacer la restauración, en vez de tener el cuidado patrimonial como política de Estado, los funcionarios dilataron, chicanearon, por eso se tardó tanto”.
 
Milcíades, también presidente de la Asociación Civil Amigos de la Barraca Peña, evoca que en sus años en Turismo hizo restauraciones, pero luego fueron suspendidas al asumir Mauricio Macri como jefe de Gobierno: “Todavía hoy están apuntaladas las ventanas con las mismas maderas que puse en 2006".
 
Dos años más tarde, en Puerto Madero hallaron los restos de un galeón español del siglo XVIII. Fueron enterrados en el Mercado de Frutos de la Barraca, en 2010. “Hubo cosas mal hechas, dejaron los muros bailando”, dijo Peña. A comienzos de 2013, durante un fuerte temporal se derrumbaron tres de las cuatro paredes del edificio histórico. Eso dinamizó el amparo.
Al año, con el amparo en marcha, el Gobierno porteño hizo obras en la Barraca. El fallo, en base a datos oficiales, evidencia: “Se limitaron a la Barraca Lanera”. Peña evocó: “Hicieron una conferencia, clavaron un cuadrito, se sacaron fotos y al día siguiente ya el lugar estaba inaccesible”.
 
En 2017 el Gobierno nacional de Macri y el porteño de Larreta acordaron, con la ley local N° 5958 como validación, que la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) construyera oficinas modernas en la Barraca a cambio de financiar, con más 180 millones de pesos, la restauración del complejo.
 
Antolín Magallanes, actual funcionario de ACUMAR, aclaró a este medio: “Desde la gestión anterior ese proyecto ya había quedado en la nada”. El fallo, en base a documentos oficiales, lo ratifica: “El propio GCBA reconoció que no podría ser ejecutado en razón del retiro de una de las partes firmantes (ACUMAR)”.
 
“Teniendo en cuenta que no se llevarán a cabo las obras proyectadas en el marco del convenio y dadas las falencias de las obras ya realizadas, resulta claro que se encuentra incumplida la obligación de protección del complejo Barraca Peña”, sostiene el fallo judicial.
 
Peña sostiene: “Que los vecinos y visitantes se encuentren con el patrimonio arqueológico genera desarrollo económico para la ciudad”. Mientras el GCBA define si habrá una restauración efectiva o solo documentos testimoniales, la Barraca da pelea al derrumbe y el olvido con la fuerza de sus cimientos, construidos hace más de un siglo.