Piden atención urgente para un joven baleado por la policía

Mariano Juárez tiene 23 años y está detenido hace dos meses en una comisaría de Lugano. El 27 de enero recibió tres disparos de parte de un oficial de la Policía de la Ciudad en la villa 21-24. Uno entró por la nuca y salió por la mejilla. La bala le afectó el maxilar. Sin embargo, no recibe tratamiento médico y las condiciones en las que se encuentra no son aptas para su situación de salud.

Piden atención urgente para un joven baleado por la policía

“La humedad es impresionante y siento mucho los dolores de cabeza por la esquirla, la humedad me hace doler mucho los huesos de la cara las 24 horas. No puedo tocarme la cara, está hinchada. Puedo abrir la mandíbula solo un centímetro como para que entre una galletita de agua. Estoy en la nada”, relata Mariano Juárez desde el calabozo donde se encuentra detenido desde el 2 de febrero. Cinco días antes, en Av. Iriarte y Zavaleta recibió tres disparos de parte de un oficial de la Policía de la Ciudad. Las balas no lo mataron de casualidad. El primer tiro fue en la nuca, salió por la mejilla y afectó de gravedad la zona maxilar. El segundo, entró por la clavícula y salió por el hombro. El tercero rozó su muñeca y la espalda.

La situación de violencia policial ocurrió el 27 de enero cuando Mariano y otra persona iban en un auto robado por Iriarte. Al doblar en Zavaleta, dos policías los apuntaron. “Cuando vi al policía con el arma en mano frené, no quería que me mataran. El coche no tenía control y se chocó contra un carro y quedó quieto. Ahí fue cuando efectuaron los disparos. Jamás atiné en pasarlos por encima. Tenía las manos levantadas”, explica el joven quien, a diferencia del relato policial, asegura que no llevaba ningún arma. Este dato coincide con la declaración que dio la dueña del auto. Por el accionar policial, Mariano ya presentó la denuncia contra los oficiales Carlos Alberto García y Sebastián Lucero de la fuerza de la Ciudad.

Mariano Juárez necesita urgente ser atendido por un especialista en dentomaxilar o maxilofacial para que le realicen una cirugía que intente reparar el daño ocasionado por las balas policiales.

Su familia y organizaciones sociales del barrio como Fundación Temas denuncian ahora que su situación de salud necesita asistencia y que las condiciones en que se encuentra, hacinado, en el calabozo de la Superintendencia de Investigaciones Federales empeoran el cuadro. Las comisarías no son lugares aptos para mantener a personas detenidas por más de unos días. Es inhumano y peligroso. Mientras la Ciudad y el Servicio Penitenciario Federal se echan la culpa, hay más de 2 mil hombres y mujeres en estas condiciones.

“Trato de dormir inclinado como si fuese una silla para aguantar un poco más la espalda. Estoy tomando solo Actrón que no es recomendado, no tengo antibióticos porque no me llevaron al médico”, explica Mariano. Después de dos meses de espera, tenía un turno el 25 de marzo pasado a las 8.30 en el Hospital Pirovano para que los médicos vieran sus estudios y lo revisaran. La Policía no lo llevó. Definieron que lo llevarían a las 16.10 en el mismo horario de la visita familiar. Ya había perdido el turno.   

Mariano Juárez necesita urgente ser atendido por un especialista en dentomaxilar o maxilofacial para que le realicen una cirugía que intente reparar el daño ocasionado por las balas policiales. Desde que le dieron el alta del Hospital Penna (el 2 de febrero) fueron a verlo médicos forenses pero ningún profesional de la salud que le dé un tratamiento a sus afecciones. Si no se recibe atención, podría perder la motricidad de la boca.