La noche de La Boca resiste en Malevaje

Centro cultural, salón de baile, punto de encuentro: en una casona centenaria de Garibaldi y Quinquela, frente a las vías, se enciende el Malevaje. Una de las pocas opciones para disfrutar cuando cae el sol a plena milonga y arte. Desde el jueves 28 de noviembre será una de las sedes del 15° Festival de Tango de la República de La Boca.

La noche de La Boca resiste en Malevaje

La esquina de Garibaldi y Quinquela Martín mantiene el aurea de aquel malevaje que describe el tango. A la vuelta de Caminito por las noches aún yira, en la vía que surca el barrio y bajo el mismo farol de antaño, el espectro de algún guapo que ayer / brillaba en la acción. Ese espíritu arrabalero se transmuta puertas adentro de la casona centenaria que supo ser escuela y hoy aloja ciclos de hip hop, encuentros pictóricos y a La Bullanguera, la milonga más ardiente y pasional de la ciudad.

Malevaje Arte Club: el nombre está grabado en la fachada desde hace más de quince años. Con ese sello de identidad, y ubicado cerca del centro turístico del barrio, podría pensarse en un espacio de tango for export. Pero no: Caminito, los negocios de chucherías y los boliches de Iberlucea y Lamadrid se apagan cuando se van los buses del turismo, al caer el sol. La noche boquense queda a media luz. A entera disposición de sus vecinos, y de los amantes del tango que eligen Malevaje, una de las poquísimas opciones culturales que se mantienen encendidas hasta la madrugada en una ribera que ya no brilla como en los tiempos de las cantinas, pero que aun así mantiene su encanto. 

“Nos estamos juntando con otros espacios para revivir el circuito cultural y que la gente del barrio se apodere de él”.

Ceci y Fede llegaron hace un año con un objetivo claro: recuperar para el barrio aquel brillo perdido. Lo van logrando: reabrieron Malevaje, que desde la pandemia venía tambaleando. Ahora, de forma autogestiva, mantienen una programación y una variedad de actividades a tono con la más digna tradición cultural boquense.

“Mover gente a la noche cuesta, porque todos los espacios en torno a Caminito a las seis, siete, ya cierran, y son muy pocos los lugares que quedamos abiertos”, explica Federico Klug, sonidista y uno de los responsables del lugar. “Nos estamos juntando con la gente del Teatro Brown, del Centro Cultural Utaki, para revivir el circuito cultural y que la gente del barrio se apodere de estos espacios”, agrega. Este cronista suele concurrir a las veladas tangueras y para ello camina las calles nocturnas del barrio, que en torno a Malevaje se muestran amables. “Los vecinos saben que nos cuidamos entre todos, podés venir en auto y el muchacho de la esquina los cuida, está todo organizado”, describe Fede, un convencido de las bondades de las noches de La Boca.

El plato fuerte es La Bullanguera, una milonga que antes recalaba en otros espacios y ahora echó raíces acá. “Hay un circuito establecido en otros barrios y quisimos ampliarlo, traerlo a las orillas, recuperar la historia del tango como encuentro popular de distendimiento, de creatividad”, explica Ceci Etchebaster, de día trabajadora bancaria y de noche organizadora de milongas. “Hay un sentido comunitario del tango, vinculado al sentido reparador del abrazo… Esa sensibilidad está muy ligada a la solidaridad de clase, también a la sororidad entre mujeres, porque en nuestro caso buscamos generar un espacio mucho más amable que en otros lugares donde prima una cosa más rígida o más estética del baile”.

La milonga se complementa con clases de tango para todos los niveles, orquestas y cantantes en vivo, y una barra de comidas y bebidas bien popular. Pero hay más: los martes Malevaje recibe a la artista plástica Alejandra Fenochio y a un nutrido grupo de vecinas y vecinos que se juntan a Pintar la Noche, un “encuentro pictórico, nocturno, callejero y boquense”. Los sábados copa la parada Kria Cultura, un espacio de hip hop y rap. Cada tanto el lugar es sede las Tertulias Eróticas y su “feria autogestiva con productos hermosos para la autogestión del goce”. Hay coreos de box y baile. Son frecuentes los conciertos solidarios: en el último mes recaudaron fondos para la Escuela Isauro Arancibia y juntaron alimentos no perecederos para la fundación Che Pibe. Alguna tarde, asomándose por el ventanal, pueden verse a los asambleístas de La Boca aprovechar el espacio y la solidaridad de quienes gestionan el lugar.

Martes, miércoles, viernes, sábados, algún jueves, otro domingo: la noche de La Boca late en Malevaje. Un fueguito que resiste, que promete encenderse y encender al barrio mucho más.

Todas las actividades en IG: malevaje.arteclub / bullangueratango