Desigual es

Estos son los edificios donde funcionan las sedes de la Comuna 4 y de la 12. La abismal diferencia que se ve en las fotos es sólo un simple ejemplo de la desigualdad entre el sur y el norte porteños. Los resultados del Censo 2022 lo confirman una vez más: la Comuna 4 es la que tiene más techos de chapa y menos títulos de propiedad de la Ciudad. Más de un cuarto de sus habitantes no tiene cobertura de salud y el 10% no terminó la secundaria.

Desigual es

Para quienes viven el día a día de los barrios del sur, no fue ninguna sorpresa. Cada testimonio, denuncia de organización o reclamo colectivo lo puso sobre la mesa a lo largo de estos once años. Por eso, la divulgación de los datos del Censo Nacional 2022 solo actualizó la foto de una gran película: los barrios del sur de la Ciudad de Buenos Aires experimentan una gran desigualdad respecto al norte, con déficits en vivienda y estructuras que concluyen en un dato dramático: poseen la edad mediana promedio más baja de todo el territorio porteño. 

Con una demora de un año y medio, el INDEC dio a conocer los resultados del relevamiento efectuado en mayo de 2022. La división jurisdiccional discriminó a la Ciudad en sus quince comunas, lo que permitió comparar a nuestra Comuna 4 con las otras y con algunos datos respecto al anterior Censo, el de 2010.

Son 229.240 las personas que residen en viviendas de la Comuna 4, de las cuales 120 mil son mujeres y 108 mil hombres. Esto la sitúa como la cuarta más poblada en la Ciudad, a pesar de que la población creció menos del 5% desde 2010, cuando se habían reportado 218.245 habitantes. Sin embargo, el dato lo da la mediana de la población (35 años, solo superada por la Comuna 8), lo que demuestra la menor expectativa de vida total, producto de las falencias estructurales que luego se detallan en la mayoría de los ítems censados. Más aún si se considera que no es un problema de distribución: la nuestra es la cuarta con la más baja densidad de población. Por lo que no somos muchos ni tenemos un territorio pequeño: definitivamente, vivimos mal.

Salud

De los mayores indicadores de la desigualdad, la ausencia de una cobertura de obra social o prepaga es de las que más se destacan, sobre todo en zonas golpeadas por la presencia del plomo en la sangre en un cuarto de sus niñes, el hacinamiento o las plagas. Más de un cuarto de la población de la Comuna 4 (64.792 personas, un 28%) no cuentan con este servicio y quedan en una dependencia total de la salud pública -área con una evidente desinversión del Gobierno de la Ciudad- para ser atendidos. Si bien es superada por la Comuna 8, donde todavía es peor y más de 4 de cada 10 habitantes viven esa realidad, la diferencia con el norte es enorme. Al punto que el 29% de les habitantes de toda Buenos Aires sin cobertura médica vive en alguna de estas dos comunas. Si comparamos cómo estaban las personas que fueron relevadas en la Comuna 4 en el censo anterior de 2010, la situación mejoró: doce años atrás el porcentaje de la población que sólo contaba con el servicio de salud pública era del 38,2%. Lo que sí continúa es la desigualdad, ya que nuevamente junto con la 8 en 2010 eran las dos comunas con más personas que se atendían en el hospital. Y sus datos hasta cuadriplicaban a las comunas del norte. 

Actualmente, en la Comuna 2, de Recoleta, solo el 7% (la cuarta parte que en la 4) no cuenta con cobertura de salud; un porcentaje igual presenta la Comuna 14 (7%), la 13 es aún menor (5%). Todas están ubicadas en el corredor norte y este porteño. Otra vez, Rivadavia marca una frontera grande, ya que, en las comunas de barrios como Parque Avellaneda, Mataderos o Flores, aún sin estar en los registros del sur, se supera el 10% de la población en estas condiciones.

Vivienda

La zona sur se caracteriza a lo largo de su historia por los problemas de vivienda, tanto por sus barrios populares como por los conventillos, descriptos con una cruda radiografía en el último número de Sur Capitalino. El Censo muestra que la Comuna 4 está en la mitad de la lista según su cantidad de hogares. Pero sobresale como la de mayor presencia de casillas: 342, a las que se suman 229 ranchos. La proporción de este tipo de viviendas precarias en relación con la cantidad de hogares totales (91.186), es tres veces más grande que la de Recoleta. Por su parte, un tercio de los hogares son casas, y hay más de 50 mil departamentos a lo largo de la comuna: está entre las cinco que menos tienen.

El 2,67% de quienes viven en la Comuna 4 no finalizó la primaria, un porcentaje que se eleva con fuerza cuando se habla de la secundaria: trepa al 10,86%.

Una condición llamativa, también en el punto del déficit de infraestructura y de ingresos, es el hecho de que la población va armando de a poquito su casa, y tarda mucho más que en otras zonas en terminarla. Por eso, la respuesta “vivienda en construcción”, fue aquí la segunda más alta de toda la Ciudad (885 casos, solo superado por la Comuna 13, que tiene un 45% más de viviendas en su territorio).

La otra gran particularidad en cuanto a las viviendas en la Comuna 4 es la informalidad de la propiedad. 7210 de las 91.186 relevadas no tienen documentación: salvo en la 8, ninguna otra llega a esta cifra (8%), que es tres veces y media más alta que el promedio de toda Buenos Aires (2,2%). Como consecuencia inmediata, es la segunda con menor cantidad de escrituras. 

De acuerdo con los datos oficiales, se estima que en la Ciudad existen 30.656 hogares que alquilan piezas en conventillos o en hoteles-pensión, lo que representa el 2,27% del total de la ciudad. Los hoteles-pensión se localizan de manera concentrada en las comunas 1 y 3, y quienes viven en conventillos e inquilinatos, en la comuna 4. Las personas que viven en piezas representan el 6,3% de la población inquilina de la ciudad, pero el 20,8% de los hogares con hacinamiento crítico, es decir donde viven más de 3 personas por cuarto. 

Baños, techos y suelos

El déficit de la Comuna 4 no termina dentro de las viviendas, comparado con la parte más rica de la Ciudad. En el sur, la mayoría de los domicilios de tres ambientes (el 91%) tiene solo un baño: en Recoleta hay menos de la mitad en esa condición. Para peor, el 47% de los que tienen cuatro ambientes están en la misma situación, mientras que en la Comuna 2 lo experimenta solo el 7%. 

Casi el 5% de los hogares de la Comuna 4, posee la descarga del baño fuera de la vivienda, y de todo el ámbito capitalino, es la que más pozos ciegos y cámaras sépticas reúne: supera las 1600 (el 16% del total de las quince comunas). En el escenario más crudo, unos 228 hogares respondieron no contar siquiera con desagüe. 

A pesar de que, en el total porteño, el 78% utiliza mayoritariamente el gas de red para cocinar, aquí hay un tercio de la población que no cuenta con esa conexión. Es la segunda comuna con mayor cantidad de garrafas en los hogares (las usa el 21%), cuando en Palermo, solo el 0,6%.

La desigualdad asimismo aparece si miramos para arriba y para debajo de las viviendas. El 7% no cuenta con cerámica, baldosa o madera en el suelo, sino que sólo tiene la carpeta de cemento u otro material. En la Comuna 2, ese porcentaje es del 1,75%, y en la 14, apenas supera el 2%. En el mismo sentido, hay dos tercios de la población de la Comuna 4 cuyos techos no poseen baldosa, membrana o teja con revestimiento interior. La mayoría de ellos, tiene losa, sin cubierta, pero el 11% de los techos son directamente de chapa: la mayor cifra de toda la Ciudad de Buenos Aires (26 mil personas).    

Educación 

La educación pública y el rol de referente que tienen las escuelas en los barrios le permite a la Comuna 4, al menos en el registro de edad primaria, no tener los déficits tan marcados que sí reinan en otras. Así, el porcentaje de personas que nunca fueron a un aula en su vida casi está a tono con el del total de la Ciudad (4%), aunque sí se destaca negativamente la franja de 15 a 19 años, que mayoritariamente debería estar finalizando el secundario, y tiene al 15% de sus integrantes en el tópico “No asiste pero asistió” a escuelas. En Recoleta y Palermo, los adolescentes que no asisten a la escuela representan sólo el 6% y en Caballito, el 8%.

En la franja 10 a 14 años, que transita el tramo final de primaria y el comienzo de secundaria, casi dos de cada cien no están yendo actualmente a la escuela, y en la de 5 a 9 años, algo más de uno de cada cien.

El 2,67% de quienes viven en la Comuna 4 no finalizó la primaria, un porcentaje que se eleva con fuerza cuando se habla de la secundaria: trepa al 10,86%. El nivel educativo es otra muestra de la desigualdad porteña: en Recoleta, por ejemplo, el dato representa a menos del 3%, y apenas el 0,86% de quienes pisaron el aula no finalizó la primaria. Por otra parte, para el 18% de los residentes de nuestros barrios, el secundario completo es su máximo nivel educativo, mientras que hay más de 14 mil graduados universitarios (el 6,4% de la población).

Conexión a internet

En la Comuna 4 el 16% de las personas no tiene acceso a internet en su casa, y de aquellos que sí tienen, hay un 19% que no cuenta con computadora ni tablet. La proliferación de los celulares, por el contrario, es de las pocas cosas donde se da una homogeneización con el resto de la Ciudad. Más de 9 de cada 10 hogares tiene registrado en Comuna 4 al menos un teléfono con internet, una cifra que está levemente por debajo del promedio general, y de ellos, 2 de cada 10 no cuentan con computadora, por lo que el aparato móvil es el único con el que pueden conectarse.

Donde sí reaparece la desigualdad es en aquellos que están completamente desconectados, aún en épocas donde internet se vuelve tan imprescindible. Hay casi cinco mil viviendas de la Comuna 4 sin el servicio en sus hogares, ni tampoco celular ni cualquier otro aparato electrónico de este tipo. Es el 5,32% del total de los hogares, mientras que en la Comuna 2 y la 13 es del 2,4%, e incluso en comunas con menores ingresos como la 1 es menor al 5%. Solo la supera la Comuna 8, con más del 6% en esta situación.

El Censo no mide, de todos modos, la calidad de la conexión, lo cual podría marcar todavía más la desigualdad. Es que, como mostró la pandemia, especialmente en Villa 21-24, a pesar de que los hogares tengan los dispositivos, la red llega con nula velocidad o hasta colapsa, producto de que las empresas se niegan a mejorar la inversión. Lo cual vuelve hasta sin sentido útil el contar con el servicio.