La canasta básica es clave para medir la pobreza, mientras que la alimentaria se utiliza para determinar la indigencia. Según informó el organismo, una familia de cuatro integrantes, necesitó en diciembre $1.024.435 para no caer en la pobreza. Mientras que, para no ser catalogada como indigente, necesitó $449.314.

El dato de diciembre de 2024 arroja que la canasta básica alimentaria (CBA) y la canasta básica total (CBT) aumentaron por debajo de la inflación, un 2,3%. La primera acumuló en el año un incremento de 86,7%, mientras la segunda llegó al 106,6%.

Para calcular la canasta básica alimentaria se toman en cuenta los requerimientos kilocalóricos y proteicos imprescindibles que necesita un varón adulto de entre 30 y 60 años, de actividad moderada. En lo que respecta a los otros integrantes de la familia, se hace una adecuación de los valores que refleje las características de cada uno en relación con sus necesidades nutricionales.

A su vez, se seleccionan los alimentos y sus cantidades en función de los hábitos de consumo de la población a partir de la información provista por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares.

En lo que respecta a la canasta básica total, se agrega al dato de la CTA los bienes y servicios no alimentarios. Ninguna de estas estadísticas incluye gastos de alquiler, ni de expensas, un gasto que modifica sensiblemente la economía de la mayoría de los hogares.