El Gobierno de la Ciudad busca realizar en poco tiempo una importante obra de infraestructura en Barracas. Se trata de la construcción del bajo Puente Bosch, un calle que daría continuidad al Camino de Sirga por debajo del cruce del ferrocarril Roca, en sentido este-oeste. La iniciativa es poco conocida entre vecinos de la zona e incluso en la propia gestión, ya que fue informada lejos de las pompas típicas del larretismo. En un clima de dudas por la falta de precisiones, pero sin un rechazo inicial masivo, en los últimos días se hicieron reuniones con representantes vecinales, donde pidieron garantías de que no habrá daños en las viviendas del Barrio Luján, lindante con el puente. El 27 de junio será la audiencia pública que exige la ley.

La idea se movió en un bajo perfil y recién apareció en boca del jefe de Gobierno, Jorge Macri, en la apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura, el 1° de marzo. En el mismo mes se efectuó la apertura de sobres. “Nosotros dejamos ACUMAR el 9 de diciembre y no se hablaba de esta obra. Fue algo que aceleraron al asumir la nueva gestión”, agrega Antolín Magallanes, quien integró el organismo que coordinaba acciones con la Ciudad.

“También pedimos que se coloquen reductores de velocidad. Sino, el barrio puede ser una alternativa para que pasen los camiones y rompan los caños”

En rigor, hay una presentación que data del 2017, en el primer mandato de Horacio Rodríguez Larreta. Pero luego no hubo avances ni se volvió a hablar del tema hasta la llegada de Macri, que conllevó también cambios en el directorio de Autopistas Urbanas SA (AUSA), la empresa que financiará el proyecto. Según la licitación Nº 2024-01-0002 que los formaliza, los trabajos demandarán un año y costarán casi de 4.500 millones de pesos.

La obra

Se enmarca en la continuación de la puesta en valor del Camino de Sirga del Riachuelo, a la altura de la Comuna 4. Consiste en habilitar la circulación debajo del Puente Bosch, por el que las formaciones del Ferrocarril Roca van y vienen de Avellaneda a Barracas. Esa estructura, que es imponente y muy pesada, data de 1908. E impide el paso vehicular y peatonal en paralelo al Riachuelo, obligando a vehículos en tránsito normal y hasta en emergencia a desviarse por Santa Magdalena y Pedro de Luján.

El proyecto establece que se construya una calzada de adoquines de 8 metros de ancho, que estará acompañada de bicisendas. Atravesará por abajo a las vías del tren con la técnica denominada “cajón empujado” o “trinchera”. Según la Ciudad, se colocará alumbrado público y se parquizará toda la zona, con nueva forestación, sistema de riego y barandas en el talud del Riachuelo.

“La finalidad es crear nuevos espacios públicos revirtiendo el deterioro y degradación de las áreas y favoreciendo el proceso de recuperación y mejoramiento de las condiciones ambientales actuales”, se detalla en la licitación oficial.

Las voces

Entre les vecines de Barracas reinó hasta hace poco el desconocimiento sobre la obra. Sur Capitalino consultó a les referentes habituales, quienes manifestaban no conocer de qué se trataba el plan del Gobierno porteño. Recién el 30 de mayo, por primera vez, funcionarios oficiales se acercaron al Barrio Luján, lindante con el puente, para reunirse con vecinos y vecinas. Hubo representantes de AUSA, el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) y el Ministerio de Infraestructura porteño. También, integrantes de la Asesoría Tutelar y del Ministerio Público de la Defensa, protegiendo los intereses de sus habitantes.

Ignacio Sagasti, arquitecto y secretario administrativo de la Defensoría porteña, estuvo presente: “Se hicieron consultas técnicas sobre la obra y desde nuestro lado exigimos algunos temas necesarios para el Barrio Luján”, contó a Sur Capitalino. “Se pidió que se haga un relevamiento del estado de las viviendas, con fotos y ante escribano público, porque tememos que puedad generarse daños en algunas de ellas. Y a su vez, solicitamos que en forma paralela al túnel, el Gobierno de la Ciudad lleve a cabo las obras de infraestructura necesarias para que las familias tengan los servicios adecuados y se coloquen reductores de velocidad. Sino, el barrio puede ser una alternativa para que pasen los camiones y rompan los caños, como ya pasó”, detalló el arquitecto, quien afirmó que el representante de Infraestructura “asumió el compromiso” de hacerlo.

Desde la Defensoría pidieron, también, que sigan las reuniones y se brinden más precisiones, como por ejemplo, cuándo se dará inicio a las tareas. Exigieron ver el Certificado de Estudio Ambiental, que los funcionarios patearon para la Audiencia Pública.

Antolín Magallanes, quien integró ACUMAR en la gestión de Alberto Fernández y monitoreó distintas acciones de la Ciudad y la Nación en torno al Riachuelo, pidió en tanto que se cumpla con las instancias de participación vecinal, la cual ve “clave en cualquier proceso inicial de integración urbana como puede ser este”.

Y mostró cierta esperanza en “buscarle la oportunidad a esta obra”. “Es importante para la comunidad porque ordena el tránsito y recupera paisajísticamente esa parte. Pero, fundamentalmente, lo que permite es avanzar con el suministro de agua con cloacas y de energía, indispensable en el barrio. Eso lo podés hacer porque le podés presentar a la empresas prestadoras, Edesur y AYSA, una propuesta en firme de lo que vas a hacer. Así, podrían generar los suministros individualizando a los usuarios, algo que hoy no hay”.

 

La audiencia pública

Dentro de los pasos obligatorios antes de comenzar los trabajos, está la audiencia pública por el impacto ambiental que conllevará la obra, en la que podrán exponer organizaciones y vecines. Convocada por la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad, la audiencia se realizará el  jueves 27 de junio, desde las 12.30 horas, en formato virtual. Se permitirá el acceso público online de la transmisión desde el sitio del Gobierno porteño.

Quienes deseen intervenir, podrán inscribirse hasta el 19 de junio de 11 a 16hs enviando un correo a audienciaspublicas@buenosaires.gob.ar o al teléfono 115326-8471.