Una taladora en Parque Patricios
En febrero el Gobierno de la Ciudad comenzó a talar y extraer árboles en el parque de la comuna 4, con el argumento de que estaban infectados. Grupos vecinales y ecologistas presentaron un amparo por irregularidades en el procedimiento y un juez frenó las intervenciones. Ahora la Cámara tiene la palabra.
Una motosierra, pero no como triste metáfora sino real, motivó una nueva lucha de vecinos y vecinas de Parque Patricios, junto a organizaciones de la Comuna 4. Fue en defensa de 45 árboles del parque, que el Gobierno de la Ciudad había decidido talar argumentando que tenían un hongo dañino. El proceso tuvo una serie de irregularidades, no estaba avalado por informes técnicos ni justificaba las podas masivas. Por lo que se presentaron ante la Justicia, que les dio la razón en primera instancia. Tras una acción de amparo, ordenó el freno a las intervenciones. Pero el alerta vecinal sigue. “No son hongos sino negocios”, los que motivan la voluntad de la gestión PRO, denuncian los vecinos.
Todo comenzó en febrero, cuando la Junta Comunal 4, desde diciembre presidida por el oficialismo, dispuso el cierre del Parque de los Patricios. Inmediatamente, los vecinos empezaron a ver que se estaban talando ejemplares. La respuesta fue, como suele suceder, el silencio. Nadie en el Consejo Consultivo estaba al tanto, así como tampoco los comuneros por la oposición.
Allí comenzaron a involucrarse la organización “Basta de Mutilar Nuestros Árboles”, la Asamblea de Parque Patricios y Vecinos por el Ameghino, entre otras agrupaciones de la zona. La visibilización que tomó el tema en redes sociales obligó a la Comuna a esbozar un escueto comunicado. “Argumentaron que cortarían 45 árboles porque tenían un hongo. No nos convenció así que presentamos una nota en la Junta Comunal e hicimos un pedido de informes”, cuenta María di Giacomo, de Basta de Mutilar.
“Producto de la presión, finalmente fuimos citados el 9 de marzo por la presidenta de la Junta, Silvia Millara, quien nos mostró un informe, que no era el oficial. Indicaba que había solo 3 de los 45 árboles afectados por los hongos, y que había unos 350 ejemplares que estaban siendo afectados en su corteza y que ante ello los estaban podando”, indica María. “La forma de proceder, feroz y sin tregua, nos hizo dar cuenta que si no recurríamos a la Justicia, iban a seguir con la tala y poda, y cuando tuviéramos la respuesta del informe oficial, ya no iba a quedar nada”.
Presentaron un amparo y el 22 de marzo, el juez Guillermo Scheibler del Contencioso N°13 ordenó frenar todas las intervenciones en el Parque de los Patricios “hasta tanto no se acerquen a la causa los requisitos técnicos previstos”, como había fijado el propio magistrado en una sentencia de 2021: “la resolución que ordenó las intervenciones, los informes correspondientes a cada ejemplar firmados por el inspector, y las actuaciones administrativas referidas”.
El Gobierno porteño (a cargo de diseñar el Plan de Arbolado que luego ejecuta la Comuna) apeló la medida. Ahora debe definir la Cámara. “Argumentan que cumplieron con el procedimiento de hacer informes por cada árbol y de que haya inspectores. Pero los informes en muchos casos no tienen fecha y hay habilitaciones de extracción con fecha de más de un mes después a que se iniciaran los trabajos”, señala Noelia Romero, la abogada que patrocinó el amparo.
Esta intervención, adelanta María di Giácomo, pudo salvar al menos a cinco árboles que no alcanzaron a ser podados. Pero para estos grupos, que realizaron encuentros en el Parque en pos de esta movida con el argumento de que “no son hongos, sino negocios”, la lucha excede a esta causa en sí.
“Estamos perdiendo árboles por maltrato y por extracciones ilegales que hacen las empresas constructoras en las veredas, que nadie sanciona ni las impide. Y los beneficios que dan estas especies, tanto para el ambiente como para la salud, no son las del árbol mutilado, con el tronco solo, sino las del follaje frondoso. Al perder follaje frondoso, como pasa en el Parque Patricios, estamos perdiendo beneficios, Patrimonio Histórico junto a nuestra memoria emotiva personal y Patrimonio Paisajístico”, argumenta la especialista.