En busca de un respiro
El 2020 no necesitó azuzarnos con temperaturas extremas para terminar siendo el año más agobiante del que tengamos memoria. La temporada veraniega del 2021 arranca y como nunca antes parece que, esta vez, la Ciudad no estallará de turistas, en un efecto que todo indica se nacionalizará. Al ritmo del Covid-19 se sufrirá enero, febrero, marzo y más.
La Bombonera continuará vacía por más clásico que se juegue, su museo y locales de suvenir lindantes, también. Caminito y todo el entorno quinqueliano, en estado de letargo al igual que las miradas desconcertadas de artistas, feriantes y comerciantes que van postergando mes a mes la vuelta al trabajo. El cemento caliente sufre los embates de las murgas que, como con bronca, saltan y patean en cuanta plaza de La Boca y ribera del Riachuelo se quiera frecuentar. El distanciamiento no es tal y los barbijos quedaron en los bolsillos, en tanto las cervecerías que dividen los barrios de la Boca y Barracas, se ven atestadas de una juventud inmortal y nocturna que pretende exorcizar el virus con alcohol, distracción y diversión.
En Barracas, cuando cae la tarde sobre Plaza Colombia, los amplios portones abiertos y los gigantes de Julio Vergotini que sostienen el alto mástil, ven llegar en multitud a pibes y padres ansiosos por obtener un respiro, volcarse a los juegos, al mate o la charla cansina. El relajamiento de las conductas sociales se nota en la calle y atraviesa condición social, también en las canchas de fútbol donde ha vuelto a rodar la pelota con escasos o nulos protocolos.
En el mientras tanto, los contagios han vuelto a dispararse y el Ministerio de Salud porteño reconoció el último día del año, algo más de 2100 nuevos contagiados. La mayor cifra alcanzada data de finales de agosto cuando la ciudad informó 1560 casos.
La realidad ha golpeado fuerte revelando que se tendrá que hacer algo más de lo intentado estos últimos meses para enfrentar las olas en las que se hace presente el Covid.
La Ciudad espera ver el resultado de la altísima movilidad y los menores recaudos que se tomaron debido a las fiestas y la vuelta de quienes hayan salido de CABA para, con los datos en la mano, afrontar medidas más restrictivas que sin dudas serán de muy difícil implementación. Larreta una vez más se verá atrapado entre sus duros compañeros de ruta del laberinto opositor, disponiendo del escaso margen que le otorgan para plantarse en lo que parece un cada vez más estrecho sector moderado. En el otro andarivel lo esperan las medidas precautorias del gobierno nacional y la pronta llegada de las vacunas.