Navegar de espalda
Días después de que un catamarán comenzara a pasear visitantes de Puerto Madero a La Boca, se realizó una audiencia pública para extender la habilitación para navegar el Riachuelo con fines turísticos y recreativos. En la misma semana, casualmente, el Gobierno porteño decretó un desalojo a unos metros del nuevo “puerto”.
El Riachuelo forma parte de manera inseparable de la historia de La Boca y Barracas. Así como hubo etapas productivas de la mano del puerto; durante las últimas décadas, el avance de la contaminación, que intoxicó aire y tierra, afectó directamente a los vecinos. Ahora, las noticias sobre el regreso de la navegación en un sector del Riachuelo parecen darle la espalda a quienes habitan los barrios de la orilla porteña. Hace apenas unos días, el Gobierno de la Ciudad celebró que un catamarán privado inicie su recorrido Puerto Madero - La Boca, en un esquema totalmente pensado para el turismo. Por otra parte, para extender los metros que se pueden surcar por estas aguas, ACUMAR realizó una nueva audiencia pública bajo la consigna “recuperar la identidad del territorio”, aunque su fin siga siendo turístico. Mientras tanto, la gestión de Jorge Macri intenta mudar a las y los artesanos de Vuelta de Rocha y ordena el desalojo de familias que vivían en el edificio de Pedro de Mendoza y Necochea. Todo a metros del “puerto” donde subirán y bajarán pasajeros del barquito “con wifi y aire acondicionado”.
La vuelta de la navegación
El viernes 2 de agosto se realizó el primer recorrido de una embarcación por el Riachuelo, después de que se levantara la prohibición impuesta en 2011 por el juez federal de Quilmes, Luis Armella. La habilitación incluye el tramo que va desde su desembocadura en el Río de la Plata hasta el Puente Transbordador. El regreso de la navegabilidad tuvo el impulso de ACUMAR, del Gobierno de la Ciudad y contó con el apoyo de clubes náuticos y organizaciones boquenses, que durante las audiencias de fines de 2022 advirtieron que el fin no sea “utilizar al río como fachada” sino sumar al desarrollo socioeconómico del sur.
Para celebrar el paso del catamarán estuvieron Jorge Macri, Daniel Scioli -como representante de la Nación-, el titular del Ente de Turismo porteño, Valentín Díaz Gilligan, y todo el aparato propagandístico del Gobierno de la Ciudad. Desde sus palabras, Macri dejó en claro a dónde apunta su mirada respecto a este tema. “Poder recuperar la navegabilidad es un atractivo más para esta zona de la Ciudad”, dijo, y planteó que “uno viene acá y ya no hay malos olores, mientras que antes nos habíamos acostumbrado a que olía mal”.
Como si ese encuadre de turista de Macri en un sector del propio distrito que debe gobernar no fuera suficiente, conocer cómo funciona el paseo por catamarán por el Riachuelo completa las dudas. El servicio es brindado por la firma Sturla, que hace años ofrece lo mismo en las aguas del Delta. El recorrido va de Puerto Madero al “Nuevo Puerto de La Boca” (en Pedro de Mendoza al 1900) ida y vuelta. El paseo, de unos cuarenta minutos de duración y cinco salidas diarias, cuesta 14 mil pesos para los residentes argentinos ($6 mil para menores de hasta 5 años) y 17 mil pesos para extranjeros. Precios muy difíciles de alcanzar para cualquier vecino de una Ciudad que tiene un tercio de su población bajo la línea de pobreza.
En este contexto, desde el colectivo de vecinos “Proyecto Riachuelo” se expresaron con dureza contra la novedad. “Es una buena noticia para pocos, solo para los que tienen mucho dinero”, indicaron, al considerar que una familia tipo debería gastar $40 mil pesos para hacer el viaje, más todavía si sus hijos tienen más de 5 años. Y recordaron la “ausencia de políticas públicas” para poder solucionar las deudas sociales en todo el distrito porteño y principalmente el sur.
El paseo cuesta 14 mil pesos para residentes argentinos y 17 mil pesos para extranjeros. Precios muy difíciles de alcanzar para cualquier vecino de una Ciudad que tiene un tercio de su población bajo la línea de pobreza.
La audiencia pública
La audiencia sobre la ampliación del tramo navegable hasta el puente de Barraca Peña se desdobló en dos jornadas, el 8 y 9 de agosto. La convocatoria se hizo con el lema “Recuperando la identidad del territorio”, aunque luego de escuchar a las autoridades de ACUMAR no quedaron claros cuáles serían esos “rasgos identitarios” que se recuperarían para el barrio pero sí, que el fin es potenciar el turismo.
El propio presidente de la Autoridad, Lucas Figueras (que había sido funcionario durante el macrismo y cumple a rajatabla la “motosierra” libertaria en el organismo, con cesantías y despidos) afirmó que “no hay saneamiento sin desarrollo”, vinculando directamente este último a “la nueva actividad económica que tenemos, el turismo”.
Dentro de las instituciones boquenses, uno de los expositores fue Roberto Naone, del Club de Regatas Almirante Brown, quien si bien pidió que la navegación se extienda “hasta el Mercado Central”, marcó diferencias. “Nosotros somos los únicos ciudadanos reales del Riachuelo” en la audiencia, porque “el resto son funcionarios públicos y son empleados contratistas de empresas”, señaló. Y destacó que “si bien no tenemos ningún problema especial en que alguien venga a invertir, ninguno de los negocios que se producen en el Riachuelo se quedan acá”. “Todo se va al Tigre, las empresas de limpieza, el personal. ¿Cuándo vamos a ver un peso acá? Nosotros queremos que la plata de las empresas se gaste en La Boca, porque sino vemos solo cómo pasa de largo”, agregó.
Otros oradores hicieron referencia a la participación de quienes habitan el barrio. Como parte de la comisión directiva del Club Boca Jrs. participó Alejandro Veiga quien señaló: “El barrio, los vecinos, y los trabajadores portuarios fueron, son y deben continuar siendo los principales beneficiarios de la actividad navegable. Son merecedores de un lugar de participación relevante en la reapertura de la navegación de esta cuenca tan importante para el barrio”. El ex comunero Maximiliano Nenna, también pidió una mesa participativa que escuche a las y los vecinos.
En tanto el presidente del Círculo de Navegantes del Riachuelo, Enrique Caporaletti, pidió el cobro de una “tasa de saneamiento” a las empresas de navegación para que “devuelvan al pueblo parte de lo que el pueblo pone”. Asimismo, llamó a excluir “a toda embarcación que contamine”.
Las dos jornadas de audiencia, que no es vinculante, tuvieron casi ocho horas de duración. Casi en simultáneo, y pese a que les funcionaries se la pasaron hablando del desarrollo económico del sur de la Ciudad, el propio Gobierno de Macri avasallaba dos espacios del barrio.
Por un lado, la relocalización forzada de las y los artesanos que están hace décadas en la Feria de Vuelta de Rocha, y que implica fuentes laborales para más de cien familias. Y, en paralelo, el brutal intento de desalojo a la veintena de familias que ocupaban el edificio de Pedro de Mendoza y Necochea, para avanzar con negocios inmobiliarios.