Dos obras

Tan solo una semana separa los días de festejo de Barracas y de La Boca. Su gente, topografía y geografía formaron parte de una zona de bañados que no reconocía límites y estaban unidos por un denominador común: el Riachuelo...

Dos obras

... En las orillas de estos barrios se forjó el desarrollo, con barcazas, barracas e industrias que dieron trabajo a granel que solo se veía modificado en su cotidianidad cuando arreciaban los desbordes del río por las reiteradas sudestadas. Recién se pudieron controlar a finales de la década del 90 cuando se terminaron las obras de control de inundaciones con la novedosa instalación de las Estaciones de Bombeo, gracias a una hilaridad política que involucró dos intendencias peronistas y una jefatura de gobierno radical.

La llegada de esta obra, la más grande y de mayor dimensión, a futuro trajo tanto alivio y transformación a la zona ribereña como la reconstrucción de la Avenida Patricios.

Sí, tan solo dos obras de relevancia en un periodo que atravesó la gestión de una decena de intendentes o jefes de gobierno augurando un mejor sur para la Ciudad.

Una obra en los márgenes de nuestros dos barrios, la otra en su exacta división. El resto, en el medio, pura cháchara devenida en maquillaje con el único fin perseguido que fue y es el negocio inmobiliario. Tanta es la zaraza que en los años que lleva al frente de la Ciudad el gobierno amarillo no ha podido o se podría decir que no ha querido solucionar la ocupación devenida en permanente conflicto -ver página 8- del Polideportivo de la calle Brin que hoy vuelve a ser una triste noticia.