El Gobierno de Milei desguazó la ACUMAR

El Gobierno despidió a más de 300 trabajadores de la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar), este desguace del organismo se traduce en el abandono del plan de saneamiento que mejoró la calidad de vida de más de 5 millones de personas que habitan la cuenca y volvió navegable las aguas del Riachuelo.

El Gobierno de Milei desguazó la ACUMAR

LA ACUMAR es un ente autárquico creado en diciembre 2006 tras la denuncia colectiva de un grupo de vecinos de Villa Inflamable en Dock Sud por los altos niveles de contaminación en la causa que se conoció como Fallo Mendoza. Una de las funciones principales del organismo era controlas a las empresas que vierten fluidos en la cuenca, relocalizar a las personas que viven a la vera del curso de agua, avanzar con la construcción cloacas, así como, la limpieza y puesta en valor de los márgenes. Desde la asunción de Milei, el organismo se encuentra en una situación de parálisis por la falta de recursos humanos y económicos.

El camino lo allanó la Justicia, cuando la Corte Suprema decidió apartarse de la Causa Mendoza, tras considerar que ya habían cumplido con su propósito de “alinear la actividad del Estado con los principios y derechos consagrados en la Constitución”, con la creación de ACUMAR y la presentación del Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA). Los jueces sostuvieron que ya no debían supervisar el cumplimiento de la sentencia.

“La Corte generó las condiciones para que sea posible este desmantelamiento, dándole vía libre al gobierno de Milei para que haga lo que dijo que iba a hacer, destruir el Estado, porque lo odia. Nosotros creemos que cada trabajador del Estado cumple un rol clave para construir una sociedad más justa”, explicó a Tiempo Argentino, Tamara Basteiro, la subsecretaria de Política Ambiental bonaerense.

Con estos últimos despidos, la ACUMAR perdió más de la mitad de su planta y funciona con el presupuesto congelado desde 2023. Al igual que el resto de la obra pública en Argentina, ACUMAR paralizó todos los trabajos que tenía en marcha excepto las que contaban con financiamiento externo. 

 El exdirector de la Comisión de Participación Social en ACUMAR, Fabio Márquez, precisó que el desguace pone en peligro el “control a las empresas, a los vuelcos, al desarrollo de la calidad del agua, la limpieza y el reverdecer de los márgenes, de todo lo que tiene que ver con las ciencias duras y políticas sociales”. Se desarticularon proyectos que incluían a las organizaciones locales, mesas de trabajo participativas en los barrios, programas culturales y la promoción de capacitaciones en agroecología y temas ambientales.