El Hospital Garrahan tuvo que reducir la realización de cirugías de alta complejidad a raíz del desfinanciamiento que el Estado Nacional lleva adelante sobre la salud pública.  Por la falta de insumos, comenzaron a reutilizar material, lo cual incrementa el riesgo de que la esterilización no sea la correcta.

La nueva medida de lucha se dispuso luego de los cambios en el Consejo de Administración del Garrahan, tras la asunción del nuevo ministro de Salud, Mario Lugones, que rechazó públicamente el pago de un bono de $500.000 por única vez, aun cuando fue financiado con recursos propios del hospital.  Lugones, vinculado al negocio privado, nombró un nuevo Consejo con médicos del propio hospital: Soraya Anis El Kik, médica pediatra y especialista en administración hospitalaria, ocupará la presidencia y la acompañarán Roberto Agustín Dalmazzo, contador público y exdirector del hospital, y Jorge Menehem, médico pediatra, neumonólogo y actual presidente de la Fundación Garrahan.

“El nivel de cinismo que maneja este gobierno es increíble. Remueven al Consejo que ellos mismos habían nombrado. Sin embargo, las nuevas autoridades ya eran parte de la dirección del Garrahan, y hasta fueron partícipes del anuncio del famoso ‘bono’. La ‘casta’ del Garrahan sigue en pie (El Kik y Dalmazzo), con el agregado de Menehem, otro ‘histórico’ patrón del Hospital. El único sentido de esta movida es intentar disciplinar a los trabajadores, que están rebelados contra la miseria salarial, y que pararon por una recomposición real”, denunció  Alejandro Lipcovich, secretario general de ATE.

“Nuestro reclamo no se limita ni de cerca al pago de un bono, que es un paliativo por un solo mes. Acá estamos reclamando una recomposición salarial al básico, en tiempos en que el conjunto de los recientes ingresos del hospital tienen salarios por debajo de la línea de pobreza. Por eso pedimos que el salario más bajo arranque en la canasta familiar de $1.500.000″, explicó el gremialista.